sábado, 26 de abril de 2014

Fast food

Su mano sudaba temblorosa entre las mías. “Me dirá que no está preparada” pensé. Al fin y al cabo, acabábamos de reencontrarnos después de 20 años. Sin embargo, ya no éramos los mismos chiquillos de entonces. Saqué el anillo que guardaba en el interior de la chaqueta, el de los superpoderes que me había tocado en el Happy Meal de su noveno cumpleaños cuando anunció que se mudaba, y se lo puse en el dedo. Y rápidamente desapareció.
A veces puedo sentirla observándome a través del cristal mientras me tomo solo mi hamburguesa. 


Inspirado en esta ilustración de Bartosz Kosowski

Este texto participa en los Viernes creativos
de Escribe finoel blog de Fernando Vicente. 

14 comentarios:

  1. Es como si se hubiera quedado congelado el tiempo, a veces pasa que tenemos ahí un recuerdo que ya nunca se irá de nosotros y que asoma de vez en cuando para que no olvidemos nunca.
    Buen corto.

    Saludos.

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    1. Unas veces el tiempo se congela, y otras se derrite. Y entre tanto nosotros apurándolo al máximo...
      Un saludo, Joaquín.

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  2. Creo que Jerónimo resumió perfectamente la esencia del relato, agregar mas es innecesario.
    Solo que tengas mucha suerte con la participación.
    Cariños...

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  3. Una buena entrada. Feliz fin de semana.

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  4. Sara, a veces las oportunidades que dejamos escapar ya no regresan, aunque nos empeñemos en que sí. Mucha melancolía presenta este personaje tan bien dibujado.

    Abrazos.

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    1. A veces recrear situaciones que nunca llegaron a suceder ayuda.
      Gracias por comentar, Nicolás.
      Un abrazo.

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  5. Me encantó ese anillo que condensa la esencia del cuento.
    Muy buen relato.
    Un abrazo.

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    1. Un anillo de esos que acumulan poderes por cada día guardados en un cajón, sin un dedo en el que encajar...
      Un abrazo, Yolanda.

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  6. Resumes perfectamente una hipotética avería del tiempo. Mucha suerte.

    Un abrazo

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  7. Averías temporales que se arreglan fácilmente con la memoria...
    Otro abrazo para ti.

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  8. Se le cae la nostalgia gota a gota, decantándose sublime. Precioso.

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