Ni una flor sobrevivió a
aquella nevada a destiempo. Ni una brizna de hierba logró permanecer erguida esa
primavera inusualmente polar. Tampoco el camino consiguió hacerse paso entre la
nieve y llegar al autobús. “No desesperes” me dije. “Algún día vendrá”. Y continué
esperando en la estación equivocada.
Este texto participa en los Viernes creativos, de Escribe fino,
el blog de Fernando Vicente. Inspirado en esta foto de Maroesjka Lavigne.
el blog de Fernando Vicente. Inspirado en esta foto de Maroesjka Lavigne.
No miré el calendario, pero ahora que veo que es Agosto, quizá cambiar las expectativas:-)
ResponderEliminarMe gustó, Sara.
Un abrazo.
Con el buen tiempo que hace por aquí, no me extrañaría que fuese agosto :-)
EliminarGracias, Albada. Un abrazo.
Una fotografía inspiradora.
ResponderEliminarUn microrrelato que me transmite un poso de resignación, y que ilustra muy bien la fotografía.
Saludos
Supongo que es mejor hacer el camino con nuestras pisadas en vez de esperar a que aparezca el camino... Tiene mucho de resignación, sí. Es lo que me ha inspirado la fotografía :-)
EliminarGracias, Marinela. Un saludo.
Desazón y admiración, es lo que me provoca este micro. Desazón por su peso emocional; admiración de que puedas crear tan bien y tan rápido, Sara.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta el juego que hiciste con la palabra estación; esa primavera polar refleja la estación de la vida en que se encuentra personaje: está estático, "estacionado" a sabiendas en el lugar y la actitud equivocadas. Me temo que tu personaje va a tener que seguir esperando, Sara. Muy bueno tu trabajo, me gustó.
ResponderEliminarCariños, Mariángeles