Este microrrelato ha sido seleccionado como uno de los cinco ganadores de esta convocatoria bimensual de Esta noche te cuento. Tema: "Escritores y
personajes".
Cuando
acepté la propuesta de Nicolle de escribir su truculenta historia, nunca pensé
que la muerte podía ser contagiosa. Sus apariciones se fueron tornando más
frecuentes e intempestivas a medida que avanzaba el libro, y al poco tiempo yo
también me veía como un fantasma. Noche a noche su presencia seductora me
quitaba el sueño, y la cordura. Acabé por encerrarme en aquella habitación que
albergaba su atormentado espíritu, con el afán de transcribir palabras sórdidas
que hablaban de sexo, prostitución, traiciones, y un sangriento final.
Al principio
la anciana dueña de la pensión me traía la comida y, mientras sacudía las
sábanas, me contaba lo bien que había cuidado siempre de los escritores que
habían pasado por allí. Aunque, cercano ya al desenlace de la novela, dejó de
hacerlo. Yo continué escribiendo hasta desfallecer.
Días
después la antigua Madame entró en el cuarto con un pañuelo en la nariz,
protegiéndose del olor que emanaba mi cuerpo. Apartó mi cabeza, que reposaba
sobre las últimas páginas, y recogió con mimo el manuscrito. Antes de
llevárselo cambió mi firma por la de Mort Farragan, el famoso escritor de
novela negra.