martes, 3 de diciembre de 2013

Papá Noel no existe

Texto ganador semanal en el Concurso de Microrrelatos L'art d'escriure patrocinado por el programa cultural Wonderland de Ràdio 4.

Aquella fría mañana de invierno Martín perdió la inocencia. Sucedió cuando se lavaba la cara después de largo rato sin dejar de llorar. Para cuando quiso darse cuenta, ya se había escurrido bien diluida por el fregadero. Y mientras sus padres hacían lo imposible por ayudarlo a recuperarla  —que si el desatascador de goma, que si un alambre doblado en la punta, que si mejor desenroscar el sifón del lavabo antes de que la inocencia desaparezca completamente por el desagüe—, Martín se miraba altivo y sonriente en el espejo del baño. Se sentía tan mayor al saber la verdad…



Enhorabuena a los finalistas:

Lola Sanabria, Rosana Alonso, Mei Morán, Xavier Blanco.

Audio del programa 03/12/2013


Algunos os acordaréis de este cuento, que escribí el año pasado para estas fechas. Aunque aquí lo encontraréis con algunas modificaciones, que creo que lo mejoran.  

14 comentarios:

  1. Enhorabuena Sara!!
    Bien expresada la sensación ante la pérdida de la inocencia.

    Un saludo indio
    Mitakuye oyasin

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  2. Un relato subrealista-real con un final inquietante o tierno. Creo que no me he explicado nada, pero enhorabuena.

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    1. Claro que se te entiende, Miguelángel :-) Tiene todas esas ambigüedades.
      Gracias. Un abrazo.

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  3. ¡Felicidades, Sara, es un relato muy bueno, como todos los tuyos!

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  4. ¡Enhorabuena, Sara!

    Me alegro que al final te llamasen, eso demuestra el tacto del concurso.

    El texto bien podría incluirse en una novela de García Márquez al que le gusta este tipo de licuaciones en movimiento. ¡Muy justificado el premio!

    Abrazos.

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    1. Es verdad, Nicolás. En ese concurso trabaja un equipo humano excelente. Son muy amables y es una alegría hablar con ellos.

      Ojalá a los mayores nos fuera tan fácil diluir así las frustraciones y las decepciones como lo hacen los niños.

      Un abrazo.

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  5. Enhorabuena, Sara (después del susto de la llamada perdida, que casi se va por el fregadero). Muy bien narrada esa pérdida de la inocencia, capas que se van por el desagüe una tras otra.

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    1. A ver si no me olvido otra vez el móvil en casa. Aunque es difícil, no estoy apegada a él; no tengo whatsapp ni internet en el móvil, y poca gente me llama.

      Gracias por tu comentario, Ximens, y por la visita.
      Un abrazo.

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  6. Enhorabuena. La inocencia perdida, se recupera. A que sí!

    Un abrazo

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  7. Muy bueno tu relato.
    Un placer conocer tu casa.
    Un abrazo desde Pueblo poeta.

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