martes, 23 de noviembre de 2010

Aniversario

Me levanto triste. Entro al baño y el espejo me rehuye la mirada. O tal vez soy yo la que teme ver reflejado en mi rostro el dolor de despertar un día bajo los escombros de mi hogar; el dolor de salir sola por el único agujero de luz y no hallar más que ruinas; el dolor de sobrevivir a mi padre, que me salvó la vida.
Me animo y observo de reojo mi reflejo. Veo una chispa de luz detrás de tanta bruma. Como aquel día, y como siempre, encuentro ese resquicio vacío por donde abandonar la oscuridad.



Este texto fue publicado en la web Cuentos y más, con motivo del Día del Padre.

2 comentarios:

  1. El resquicio... Menos mal que siempre está ahí si sabemos buscarlo para seguir adelante...
    Y en cuanto a la foto, ¿pampa o Mesopotamia?

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  2. Hola Eglon82. Tienes razón, el resquicio siempre está y no siempre lo vemos.
    La foto es en la provincia de San Juan, en Argentina (en la frontera con Chile)
    Un saludo.

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