Tras una oportuna llamada de
advertencia, la grúa se lleva al desguace el vetusto coche estacionado durante
meses en el mismo sitio. El vecino del tercero se apresura a ocupar la plaza
vacía con su furgoneta. La señora del bajo se alegra de no tener que ver más
esa cochambre frente a su puerta. La anciana de enfrente, aunque apenada,
admite que el automóvil de su difunto esposo ya no podía seguir allí. Y el
pandillero del ático, satisfecho, se regodea pensando en que el cuerpo que
escondió en el maletero, será pronto un amasijo prensado entre la chatarra.
Dedicado a Miguel Molina,
del blog: http://en99palabras.blogspot.com.es/
Tus 99 palabras estuvieron entre mis manos mucho rato, porque me gustaron....
ResponderEliminarBesicos.
Me alegro que haya logrado llamar tu atención. Gracias, Cabopá. Un abrazo.
EliminarMuy muy bueno Sara, un placer leerte
ResponderEliminarGracias, Renate. Un placer tenerte por aquí. Besos.
EliminarPues lo siento, Sara, no le di mis votos a este micro, pero lo recuerdo porque tuve muchas dudas con él. Es uno de los que me dio mucha pena tener que descartar.
ResponderEliminar¡Eran tantos y tan buenos!
Es un gusto ir poniendo cara a los textos que concursaron.
Por cierto, la próxima semana te envío el libro. Ya te aviso ¿ok?
Un besito.
Creo que hemos aprendido mucho en este concurso sobre la labor de los jurados. Es muy difícil :-)
EliminarEspero con ganas tu libro, MJ.
Un abrazo.
Sara, magnifico relato que estuvo entre mis finalistas. Tiene varios enfoques este micro que le dan un gran reflejo final.
ResponderEliminar¡Felicidades!
Besos.
Así es que un mismo suceso influye de maneras distintas en los demás. Me halaga que haya estado entre tus finalistas :-) Besos.
EliminarMe encantó por lo sorpresivo del final. Un buen micro, Sara.
ResponderEliminarBesitos
Sí, este texto viene con sorpresa :-)
EliminarUn beso.
Y al final todos contentos...Un buen micro Sara. Ha sido un concurso muy divertido y muy difícil de votar con tantos y tan buenos. Me encanta ir ir poniendo nombre a las letras.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Y mira que es difícil contentar a toda una comunidad de vecinos...
EliminarA mi también me gusta ponerle nombre a los textos. Y darme cuenta de que no acerté en mis cábalas sobre la autoría de cada uno :-)
Besos.
Que bueno, me encantó tu micro. ¡Genial encontrar finalmente quién era la autora! :)
ResponderEliminarEspero que siga la iniciativa, y que crezca.
Saludos
Gracias Lucas. A ver si el año que viene se repite la experiencia.
EliminarBesos.
Hola Sara, acabo de repasar mi lista de seleccionados en segunda ronda ¡y estaba éste!. Digo "estaba" porque luego sufrió el pobrecito de la punta afilada de mi lápiz y lo quité por algún otro ¿más conveniente?... no, que no hagas caso, que eran muchos para leer, y yo creo que este era muy bueno. De verdad. Me encanta saber que entre mis selecciones estabáis muchos de vosotros.
ResponderEliminarUn besito.
Yo tenía diez finalistas, y me resistía a dejar afuera a ninguno. Pero no queda otra.
EliminarEste lo escribí expresamente para el concurso. Vi una grúa llevarse un coche y así surgió la primera frase, sorprendiéndome yo misma de la historia que escribiría después.
Un abrazo.
Es una gozada ahora poner autoría a los micros. Hay que ver lo que ha conseguido Molina. Creo recordar que este paso dos de mis lecturas, pero luego, bueno, ya sabes, era dificilísimo... Pero me gusta, hubieron muchos que me gustaron pero sólo podías escoger cinco.
ResponderEliminarUn abrazo, Sara.
Esas orejas crujientes del tuyo no me pasaron desapercibidas :-)
EliminarGracias, Miguelángel. Un abrazo.
Es la primera vez que lo leo, pues no estuve participando en el concurso. Me encanta como el hecho le conviene a todos desde distintas ópticas, de algún modo es milagroso eso... hasta podría decir que es un canto a la convivencia de las almas,,, pero creo que quedaría mal con la familia del hombre que está en el baúl del auto, ;-)
ResponderEliminarMe encantó, un abrazo.
Y quién sabe, Juan, si el muerto tampoco era trigo limpio y de algún modo su muerte le conviene a alguien de su familia... (aunque no lo admitan)
EliminarUn abrazo.
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ResponderEliminarComo la vida salvaje misma donde nada se desperdicia y todo tiene su misión, por carroñera que parezca. Segun leía el texto, me imaginaba un indigente durmiendo en el interior del coche, y al despertar descubrir un nuevo lugar, rodeado de otros coches donde poder elegir.
ResponderEliminarUn besote Sara
Siempre me encantan tus finales alternativos. Es optimista para el indigente encontrarse con más coches, quizás más amplios y con mejores condiciones para dormir. Y más optimista sería que en el desguace lo contrataran y le dieran un trabajo.
EliminarUn beso.
Todos contentos:
ResponderEliminarCon el coche se marchan
remordimientos.
Un abrazo, Sara.
Me gustó el relato.
Algunos ven
ResponderEliminarla desgracia del otro
muy oportuna.
Un abrazo, Kayla.
Gracias por tus haikus.
Este me gusta mucho, mucho. Hay que ver cómo nos vamos conociendo a través de estos micros sorpresa y sorprendentes.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Elena. Me alegra mucho tu visita.
EliminarUn abrazo.
El título define perfectamente el relato.
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