Algunas veces
preferiría mentir y no mostrarme tal como soy, pero nadie me cree: hay algo en
mí que me delata. Tal vez sea ese fulgor que torna púrpura mis ojos, el
carraspeo de mi ávida garganta o ese chirrido de mis dientes acomodándose. No
lo sé. El caso es que cuando digo la verdad es peor, porque ellos ya no tienen
tiempo de escapar.
Mentir, siempre. También mienten ellos cuando fingen que se dejan atrapar.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Mentir, a veces, es la mejor forma de que aflore la verdad.
EliminarGracias, Amando. Un abrazo.
Sí, para mí que hay un par de cosillas que le delatan, vamos, que da igual que sea franco o no, que sólo los MUY despistados necesitan que les cuenten algunas cosas que, por lo que cuentas, entran por los ojos.
ResponderEliminar(no sé como haces lo de escribir y dibujar, purito misterio)
Pues desdoblando mi creatividad un poquito para un lado y un poquito para el otro, Luisa :-)
EliminarUn abrazo.
Mentiras piadosas.
ResponderEliminarAunque puede que al protagonista no le sirva mucho la piedad si no logra controlar su naturaleza ;.)
EliminarUn abrazo, Miguel Ángel.
Me gusta tu blog. Pasare a menudo a saludarte. Feliz domingo.
ResponderEliminarFuente de inspiración sin dudas. Buenas artes en el manejo de las letras breves. Una maestra.
ResponderEliminarUn abrazo