Se acerca a la estantería de
la letra B. Sospecho, con acierto, que también le interesan los libros de
Borges. Alargo el brazo para alcanzar “El Aleph”, pero él lo sustrae primero.
Me enzarzo entonces en una pelea absurda en la que yo solo atino a dar
manotazos en el aire. Me siento ridículo. Sin embargo, aunque hoy la gente
abarrota las mesas y los pasillos, nadie me ve. Salvo él, que tras mostrar la
tarjeta a la bibliotecaria y enfundarse el abrigo, me sonríe con sorna antes de
salir a la calle con el libro bajo el brazo.
Una pelea interesante, como poco esto va a acabar en un pique, en una charla de bar, en una amistad, en un amor.... es un principio interesante
ResponderEliminarEste lo escribí justamente en la biblioteca del pueblo donde vivo. Solo hay allí dos libros de Borges (El Aleph y Ficciones), y siempre me pasa que voy a la estantería a cogerlos y un día están y al otro no, como si desaparecieran o hubiera otro que, como yo, no puede dejar de leerlos :-)
ResponderEliminarComo acaba la historia, no lo sé. Por el momento, "El Aleph" ya no ha vuelto más a la estantería... misterio.
Un abrazo, Luisa.