Su mano sudaba temblorosa
entre las mías. “Me dirá que no está preparada” pensé. Al fin y al cabo,
acabábamos de reencontrarnos después de 20 años. Sin embargo, ya no éramos los
mismos chiquillos de entonces. Saqué el anillo que guardaba en el interior de
la chaqueta, el de los superpoderes que me había tocado en el Happy Meal de su
noveno cumpleaños cuando anunció que se mudaba, y se lo puse en el dedo. Y rápidamente
desapareció.
A veces puedo sentirla
observándome a través del cristal mientras me tomo solo mi hamburguesa.
Inspirado en esta ilustración de Bartosz Kosowski
Este texto participa en los Viernes creativos,
de Escribe fino, el blog de Fernando Vicente.
Es como si se hubiera quedado congelado el tiempo, a veces pasa que tenemos ahí un recuerdo que ya nunca se irá de nosotros y que asoma de vez en cuando para que no olvidemos nunca.
ResponderEliminarBuen corto.
Saludos.
Unas veces el tiempo se congela, y otras se derrite. Y entre tanto nosotros apurándolo al máximo...
EliminarUn saludo, Joaquín.
Creo que Jerónimo resumió perfectamente la esencia del relato, agregar mas es innecesario.
ResponderEliminarSolo que tengas mucha suerte con la participación.
Cariños...
Gracias, Oriana.
EliminarUn abrazo.
Una buena entrada. Feliz fin de semana.
ResponderEliminarGracias, Maruja.
EliminarSaludos.
Sara, a veces las oportunidades que dejamos escapar ya no regresan, aunque nos empeñemos en que sí. Mucha melancolía presenta este personaje tan bien dibujado.
ResponderEliminarAbrazos.
A veces recrear situaciones que nunca llegaron a suceder ayuda.
EliminarGracias por comentar, Nicolás.
Un abrazo.
Me encantó ese anillo que condensa la esencia del cuento.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un abrazo.
Un anillo de esos que acumulan poderes por cada día guardados en un cajón, sin un dedo en el que encajar...
EliminarUn abrazo, Yolanda.
Resumes perfectamente una hipotética avería del tiempo. Mucha suerte.
ResponderEliminarUn abrazo
Averías temporales que se arreglan fácilmente con la memoria...
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.
Sublime. Es literatura.
ResponderEliminarSe le cae la nostalgia gota a gota, decantándose sublime. Precioso.
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