El nudo se afloja cuanto más intenta uno apretarlo. Y es que nunca sabe uno hasta qué punto cree en algo, mientras su verdad o su falsedad no se convierten en un asunto de vida o muerte. El hilo de la cuerda es sólido para atar una caja, pero cuando te ves obligado a agarrarte a esa cuerda suspendido sobre un precipicio, lo primero que piensas es que confiabas demasiado en esa cuerda de marioneta...Un abrazo fuerte.
De las cuerdas que atan, las más peligrosas son las invisibles; las que desconocemos que existen y que nos están apretando, encerrando mientras nos creemos libres.
Ah, no... ¿quiero saber cómo has hecho este trabajo?
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Sara.
HD
Con los hilos de la imaginación, Humberto. Que son muchos :-)
ResponderEliminarOtro fuerte abrazo para ti.
El nudo se afloja cuanto más intenta uno apretarlo. Y es que nunca sabe uno hasta qué punto cree en algo, mientras su verdad o su falsedad no se convierten en un asunto de vida o muerte. El hilo de la cuerda es sólido para atar una caja, pero cuando te ves obligado a agarrarte a esa cuerda suspendido sobre un precipicio, lo primero que piensas es que confiabas demasiado en esa cuerda de marioneta...Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarDe las cuerdas que atan, las más peligrosas son las invisibles; las que desconocemos que existen y que nos están apretando, encerrando mientras nos creemos libres.
Eliminar