Ella
reía tapándose con la mano la boca, recelosa de que a él pudiera no gustarle su
dentadura irregular. El pelo largo y ondeado le cubría los costados de la cara,
y así intentaba disimular sus incipientes patas de gallo y los lóbulos de las
orejas que se le habían estirado por llevar pendientes de gran tamaño.
Él
contaba chistes manidos, paliando con sentido del humor su incapacidad para
sacar un tema de conversación interesante. Con sus manos nerviosas alternaba
entre rascarse el bigote y elevar las
gafas que se le resbalaban del puente de la nariz.
Antes
del final de la velada la mayoría de los espectadores había cambiado de canal o apagado el televisor.
Solo algunos resistentes al tedio decidieron que aquella pareja merecía
conocerse a fondo y, tal vez, darse una oportunidad.
Me han gustado mucho los dos primeros párrafos, me resultan tiernos.
ResponderEliminarEn cuanto al tercero... me ha desconcertado: ¿espectadores, televisión?
En cualquier caso yo ysoy de los que creen que deberían de darse una oportunidad.
Un beso
Quizás ahora el título ayuda a entender mejor el final del cuento, Luisa.
EliminarGracias por tu comentario.
Un abrazo.
Gran retrato de la manía de andar emparejando a la gente, cual si no hubiése ya sobrepoblación. También muestra como alguien detrás de los hilos de la producción televisiva nos impone ante la mirada las vidas de personas genéricas pensando que éste caso nos pueda interesar.
ResponderEliminarY luego hay quien duda el porqué de tanto desequilibrio.
Llego a pensar que nadie sabe quien realmente es.
Una manía (la de meterse en la vida de los demás) que se ha extendido con éxito también en los realitys.
EliminarUn saludo, Carlos.
Aprobado el capítulo piloto, je je. Ya me han entrado ganas de saber.
ResponderEliminarAbrazos.
Si es que no nos aguantamos... Es que somos chismosos por naturaleza jaja.
EliminarUn abrazo.
Me gusta el relato y me voy a permitir ponerle banda sonora:
ResponderEliminarhttp://grooveshark.com/s/Rebajas+De+Enero/4kyvr0?src=5
o esta http://grooveshark.com/s/El+Rock+And+Roll+De+Los+Idiotas/2X67p3?src=5
ResponderEliminar¡Muy apropiada tu elección, Miguel Ángel! Le va como anillo al dedo :-)
EliminarGracias. Un abrazo.
Muy buena entrada, gracias por compartir. Feliz fin de semana.
ResponderEliminarGracias a ti por leer, Maruja.
EliminarUn saludo.
Un poco raro, Sara. El salto de escenario a ser espectadores de un reality show me descoloca. Creo que lo que nos quieres contar es que hay espectadores que son como los protagonistas y así aguantan el desenlace. No sé, raro es. Un abrazo.
ResponderEliminarEs un salto de realidades. Condicionadas la una con la otra. Supongo que es ese poder que tienen las audiencias para decidir qué programa sigue en antena o no, qué concursantes tienen su beneplácito para continuar.
EliminarHa salido raro el final, sí :-)
Un abrazo, Ximens. Y gracias por acercarte a comentar.