Construida en secreto por
los monjes del primer reino, el arca de las bestias había sobrevivido a la ira
devastadora de los dioses. Después de cuarenta interminables jornadas de fuego
y lluvia, había quedado varada en lo alto del monte Mu. Según decían, aún
albergaba vida en su interior. Seres fabulosos tan temidos —y venerados a la
vez— que fueron condenados a salvarse solo uno por especie. Lejos de producirse
su extinción, como cabría suponer, las bestias dispares habían congeniado bien
entre ellas. Tal era el caso del corcel de fuego y la sirena, el dragón alado y
la naga marina, el ave de trueno y la sílfide…
La intrépida princesa Aiko
—quien había emprendido una larga y peligrosa travesía hacia ese mítico
enclave—, sería la primera persona en confirmar la veracidad de esta leyenda al
regresar, algunos años después, volando a lomos de su hijo.
Este microrrelato ha sido publicado en el número XVII de la Revista Periplo,
junto a cuatro ilustraciones mías (esta es una de ellas). El tema era: Bestiarios.
Para los que no os pasasteis a leer la publicación, os dejo el texto aquí.
Allá voy Sara, enhorabuena.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
Seguro que te gustará la revista. Un abrazo, David.
EliminarEsplendido Sara, dibujo y texto.
ResponderEliminarAbrazos voladores.
Gracias, Sergio. Una alegría tu visita.
EliminarOtro abrazo con alas para ti.
Hola, compañera, cómo me gustó la concidencia de encontrarnos allí, que buena compañía. Espero que coincidamos más veces, pero... no sé si voy a poder seguirte la pista.
ResponderEliminarLos dibujos/ilustraciones?? Muy tuyos.
Y este micro??? Muy bestia??? (en el buen sentido), ¿volando a los lomos de su hijo? No sé si eso es mejor o peor que morder la manzana a la que te invita una serpiente.
Felicidades, un placer
Sí, a ver si nos encontramos así más seguido.
EliminarLas transgresiones no son malas en sí, solo hay que saber luego vivir con las consecuencias. En este caso parece tener resultados positivos :-)
Un abrazo.
Sara, ¡Enhorabuena por la publicación! Ciertamente este relato le da una vuelta de tuerca esa historia del Arca de Noé, y lanza un mensaje claro: las mezclas son beneficiosas. Gracias a ellas pudo volver la princesa.
ResponderEliminarBesos.
Jajaja, el camino de vuelta fue menos dificultoso que el de ida. Y se trajo consigo mucho más que interesantes experiencias.
EliminarUn abrazo.
Preciosa historia. gracias por compartirla.
ResponderEliminarun abrazo.
Gracias a ti, Amapola, por leerla.
EliminarUn abrazo.
Me ha gustado mucho. Un besazo.
ResponderEliminarHola, Dany. Me alegro que te haya gustado la historia.
EliminarUn abrazo.
Cuánta imaginación, y de la buena...
ResponderEliminarGenial, Sara.
Saludos.
Si hay que escribir sobre bestias imaginarias, la imaginación se redobla...
EliminarUn saludo.
Sara, estoy enamorada de estas ilustraciones que presentaste a la Revista para el Bestiario. Son más cálidas que las habituales y desprenden cierta ternura en todas sus silueteadas formas.
ResponderEliminarTu texto también me gusta, y la revista quedó PRECIOSA!!!.
Estoy mirando a ver dónde puedo imprimirla más baratita...
un abrazo Sara, ¡qué bonito bestiario!.
Te cuento un secreto: los dibujos originales habían sido pintados sobre tela de algodón y lino; pero tuve que hacer con ellos un intenso trabajo de ordenador para adaptarlos a la paleta de colores exigida en la revista. Estoy contenta con el resultado final, porque he aprendido mucho en el trayecto.
EliminarYo también tengo ganas de imprimirla. Ya veremos si encontramos un buen presupuesto.
Un abrazo, Laura.
¡Enhorabuena por la publicación, Sara; tanto del micro -que es soberbio- como de las ilustraciones.
ResponderEliminarNo conocía la revista Periplo, con lo que mi visita me causa una doble alegría.
Un abrazo,
Gracias, Pedro. Para mí la revista también ha sido una grata revelación.
EliminarUn abrazo.
Perfecto támden Sara. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, Yolanda. Un abrazo.
EliminarEs una curiosa mezcla entre fantasía, terror, lirismo y degeneración.
ResponderEliminarHola Sara. Llego a tu relato desde la revista Periplo. Me ha hecho ilusión encontrar allí a cuatro conocidos: Tu, Akaki, Elena y Luisa.
ResponderEliminarTus ilustraciones, de sello inequívoco, cada vez me gustan más (esto quiere decir que poco a poco esas líneas de aristas me van produciendo mejores sensaciones).
Tu Arca me encanta, ese símil con aquel de parejas pero con la maldición de un solo de cada especie y como el amor y la necesidad mezcla bestias generando otras nuevas. Muy acertada la idea. Felicidades por la publicación.