miércoles, 30 de abril de 2014

Ranas menguantes

Haikus encadenados


Croar maldito;
en las noches sin luna
nadie en la charca.


Mas en las siestas,
con el sol destellando,
sobran visitas.


Mil cascabeles
en las tardes de estío,
niño y chicharra.


Pies  encharcados;
chaval y renacuajo
estrechan manos.


Verde y viscoso;
grande, carnoso y rosa
se reconocen.


Bajo la lupa
primeras  disecciones,
futuras culpas.


Experimento
de amistad entre especies
que no funciona.


Solo uno menos
entre tantos batracios
pero se nota.


Saltos anfibios;
de piedra en piedra huyen
todas las ranas.


Junto al nenúfar,
agua de verde espuma
fluye y se estanca.



sábado, 26 de abril de 2014

Fast food

Su mano sudaba temblorosa entre las mías. “Me dirá que no está preparada” pensé. Al fin y al cabo, acabábamos de reencontrarnos después de 20 años. Sin embargo, ya no éramos los mismos chiquillos de entonces. Saqué el anillo que guardaba en el interior de la chaqueta, el de los superpoderes que me había tocado en el Happy Meal de su noveno cumpleaños cuando anunció que se mudaba, y se lo puse en el dedo. Y rápidamente desapareció.
A veces puedo sentirla observándome a través del cristal mientras me tomo solo mi hamburguesa. 


Inspirado en esta ilustración de Bartosz Kosowski

Este texto participa en los Viernes creativos
de Escribe finoel blog de Fernando Vicente. 

domingo, 20 de abril de 2014

Carey

Sobre el tocador, el pastillero marrón con las medicinas del día continúa aún sin abrir. La luna entra por la ventana y se le enreda en el pelo mientras Armida se peina despacio frente al espejo. Suaves destellos plateados que recoge en un moño en la coronilla con la peineta que un día le legó su abuela, y que ansía que pronto, en cuanto se reúna con su amado Anselmo, herede su nieta. 




miércoles, 9 de abril de 2014

Entre líneas

Con este microrrelato participo en abril en el IV Certamen de Relato Corto

Esta noche te cuento  El tema del mes es: Entre las páginas...

Podéis leerlo publicado aquí.


Tras la muerte de mi padre me hice cargo de la biblioteca ubicada en los sótanos del castillo, manteniendo así el compromiso de preservarla como lo habían hecho los primogénitos de la familia durante generaciones. La biblioteca constaba de numerosos volúmenes encuadernados en piel y escritos con preciosa caligrafía. Durante meses me dediqué a estudiarlos con fruición, abandonando apenas el recinto para comer y dormir. Una mañana, en el tercer párrafo de la página 729 del libro “Batalla entre eunucos y unicornios”  (tomo XXIV de la colección “Epopeyas Fantásticas”) encontré una llave. Era negra y tan pequeñita que tuve que recogerla raspando el papel con la uña del dedo meñique. Parecía una letra efe forjada en hierro. La dejé caer en la palma de mi mano izquierda y ella, tras dar varias vueltas sobre sí misma, se introdujo en la línea del destino, junto a la del corazón. Un mundo mágico se abrió entonces en mí. Al parecer yo era la puerta, y a su vez quien la cruzaba. Con la pluma ansiosa de descargar toda su tinta comencé a escribir en un libro en blanco: “De cómo la sirena atravesó el desierto en busca de sus piernas…”



Imagen del mes para el Certamen 
obra de Asun Buendía.


Me voy de viaje esta semana, así que no me echéis mucho de menos :-)

Nos vemos pronto.

sábado, 5 de abril de 2014

Rehab Hotel

Margaret se acerca al bar mirando desde lo alto de su nueva nariz y, discretamente, pide coca. Le traen cola. Agarra al camarero del cuello de la camisa y lo acerca hacia ella para susurrarle al oído “una raya”. Él se separa enseguida con un “no se preocupe, señora, de aquí no pasa”. Alterada golpea la barra diciendo que lo que quiere es un viaje, un buen subidón. El camarero llama al chófer, que la lleva en su descapotable por la autopista a toda velocidad. Horas más tarde, Margaret regresa al hotel con la falda aún flotando en el aire y desmelenada hasta las cejas. Llama al ascensor y un joven de colorido uniforme sube a su lado. Ella le muestra provocadora el escote de su blusa, pero el botones, solícito, se la abrocha. 


Fotografía de  Jeffrey Vanhoutte

Este texto (que ya publiqué hace más de un año en mi blog)
 participa en los Viernes creativos
de Escribe finoel blog de Fernando Vicente. 


martes, 1 de abril de 2014