domingo, 31 de agosto de 2014

Certezas

El reloj me mira impaciente. Es tarde ya y todavía no regresas. Me sirvo una copa bien cargada pero nunca la llego a tomar. El teléfono suena.
Hubiese preferido la duda, la espera interminable hasta la madrugada, el odio en tus ojos cuando te castigo con un mes sin salir.
Lanzo la copa contra la pared.
La vida hecha añicos. 


domingo, 24 de agosto de 2014

El escondite

Aquí nadie repara en mí. Es mi pasadizo secreto; el lugar donde puedo ser yo mismo y elegir mi camino, o seguir con indolencia la corriente y dejarme llevar. La vida fluye escurridiza por las tuberías de casa.



jueves, 21 de agosto de 2014

Rutinas

Jacinto se acicalaba para ir al trabajo. Era sumamente metódico; por eso, cuando abrió el armario, se extrañó al ver el gancho de una percha colgado en sentido contrario a los demás. Se abofeteó entonces varias veces para regañar a ese compañero de piso tan desordenado con el que convivía.


Este microrrelato ha sido publicado hoy en el blog Cincuenta palabras.


jueves, 14 de agosto de 2014

Viaje de vuelta

Con este microrrelato participo en agosto en el IV Certamen de Relato Corto

Esta noche te cuento  El tema del mes es: Bajo la luna llena...

Podéis leerlo publicado aquí.


Esa noche nadie reparaba en nosotros, ni siquiera la luna llena, parapetada detrás de los rascacielos más lujosos de la ciudad. El tipo apareció de repente en el callejón oscuro y mugriento donde Cinthia y yo compartíamos la última dosis. Parecía salido de una película de los años cincuenta, con esa cazadora negra de cuero y el tupé engominado que coronaba su cabeza. No le faltaba arrogancia en el porte ni en la mueca sobrada de su cara. Sus ojos castaños me resultaban familiares. Y esas orejas separadas, la intensa arruga del entrecejo, el taconeo nervioso del pie izquierdo, que era el mío… Cinthia se desplomó en el suelo, los ojos abiertos, la mirada perdida. Alucinando, quizás, con sus propios fantasmas. 



lustración del mes para el Certamen


lunes, 11 de agosto de 2014

Fierecillas

Sucedió que se escondieron cuatro tigres en un armario con la intención de sorprender a su cuidador. ¡Y vaya si lo consiguieron! No solo por los ocho zarpazos que le lanzaron a la cara cuando abrió la puerta, sino por cómo se le abalanzaron encima, juguetones, colmándolo de besos.



Inspirado en esta ilustración de Conrad Roset.

Este texto participa en los Viernes creativos
de Escribe finoel blog de Fernando Vicente.