Es lo que me ha pasado, Petra. Que al verlo así, tan "introspectivo", se me ha antojado adivinar que estaría pensando ante su sombra. Y luego vino ese beso... Un abrazo.
La vida es el orden de las respuestas, Sara; el destino, el de las preguntas. El intérprete sirve los manjares que guisó el artista y el artista cocina los ingredientes que antes cosechó el pensador, el filósofo...
Somos un eterno "¿por qué"? Creo que en la vida maduramos no porque alcancemos las respuestas, sino porque evolucionan nuestras preguntas. Un abrazo, Amigo mortal.
Filosofo, sin duda. Menos mal que es caracol, a mí se me presentan los hijos, con casa y todo y me invaden. En ese momento filosofeo como tu caracol. ¿Será este mi castigo?.
Pues tremendo interrogante. Y el caso es que al contemplar las fotos me creo la pregunta de ese invertebrado gasterópodo tan bello.
ResponderEliminarUn abrazo, Sara.
Es lo que me ha pasado, Petra. Que al verlo así, tan "introspectivo", se me ha antojado adivinar que estaría pensando ante su sombra. Y luego vino ese beso...
EliminarUn abrazo.
Pues seguro que su tranquilidad innata le ayudara a encontrar la respuesta.
ResponderEliminarUn saludo Sara.
Es verdad. Ya sabemos en que ocupa el tiempo que pasa encerrado en su "casita".
EliminarUn saludo.
Mar, dentro de un par de días habrá un intervalo caracoleado. ¡Se están poniendo de moda!
ResponderEliminarBesotes
Qué bien, ya me pasaré a verlo. Se ponen de moda los caracoles, y los intervalos :-)
EliminarUn abrazo.
La vida es el orden de las respuestas, Sara; el destino, el de las preguntas. El intérprete sirve los manjares que guisó el artista y el artista cocina los ingredientes que antes cosechó el pensador, el filósofo...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, primor.
Somos un eterno "¿por qué"? Creo que en la vida maduramos no porque alcancemos las respuestas, sino porque evolucionan nuestras preguntas.
EliminarUn abrazo, Amigo mortal.
¡Mas matao! Sara
ResponderEliminarVaya ¿eso es bueno o malo? :-)
EliminarUn abrazo.
Pues éste
ResponderEliminarhttp://palabrasfotosdias.blogspot.com.es/2013/04/11042013.html
hacía camping.
jaja
Me pasé a ver tu caracol campestre tan campante sobre el mantel. Me encanta.
EliminarUn abrazo.
Se lo pregunta el caracol y me lo pregunto yo, Sara.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo también me hago las mismas preguntas que el caracol ¿Soy la casa o el que la habita? Ambas cosas, tal vez...
EliminarUn abrazo, Pedro.
Ya, el caracol. Es como el tengo yo un amigo...
ResponderEliminarSeguro que si pensara, pensaría esto :-)
EliminarUn abrazo.
Filosofo, sin duda. Menos mal que es caracol, a mí se me presentan los hijos, con casa y todo y me invaden. En ese momento filosofeo como tu caracol. ¿Será este mi castigo?.
ResponderEliminar"Bendito castigo" pensará el caracol solitario :-)
EliminarGracias por la visita, Ximens. Un abrazo.
Habita la casa y la joroba de la vida.
ResponderEliminar¿Esa joroba que no aplasta los hombros y que nos pesa tanto será la casa/la vida que llevamos a cuestas?
EliminarUn abrazo, Nel.
Pues me acabo de dar cuenta de que yo tengo algo de caracol. Y no son los cuernos. Creo.
ResponderEliminarUn abrazo, Sara.
Y nosotros nos preguntamos si nos habita nuestro pasado: por eso pensamos tan lentos como los caracoles caminan.
ResponderEliminarUn abrazo.