sábado, 2 de noviembre de 2013

Leyenda urbana

Con este texto he participado en el Vendaval de Microrrelatos Terroríficos
convocado por la Escuela de Fantasía.

Quizás la luna sea un simple sueño plateado y redondo; y quizás el viento apenas un soplo, el mísero aliento que aún respiro. Desde que mi amada fue testigo y víctima de mi transformación, revelando mi existencia antes de morir, habito confinado en este agujero mugriento y sin luz, plagado de insectos y roedores de los que me alimento; surcado por fétidas aguas que agreden mi olfato y mi dignidad. Mientras me relamo las heridas infligidas por la debilidad de ese amor, ignoro mi instinto, mi origen, mi sino. Unas veces las cloacas me devuelven el reflejo turbio de un hombre; y otras veces el de un infame animal.





4 comentarios:

  1. Pocas palabras para decir mucho, y dibujar el drama de la dualidad.
    Excelente!
    Un abrazo.

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  2. El submundo que pervive bajo la piel que habitamos, a veces se asoma, eso es todo.
    Por un decir. Otra lectura posible de metáfora es la de ese cocodrilo en la red de alcantarillas de NY, cuando se pone a pensar que es la mujer que sufrió un hechizo.

    Sara, que me gustó. Un abrazo.

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  3. tal vez el error, la boca del lobo, consista en nunca dejar de relamerse las heridas... saludos

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  4. Me gusta el dibujo que haces sin mencionar, y el relato tiene ese tinte gótico clásico de este tipo de historias. (Jod** que comentario me quedó para no tener ni idea)

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