Hay una voz dentro de ti, callada y suave, que intenta ser escuchada. Te pregunta incansablemente lo que ya sabes pero no quieres admitir. A veces pierde la calma, harta de ser ignorada, y su grito rabioso retumba en todo tu ser. Entonces intentas emitir una respuesta que se atasca, muda y perpleja, sin llegar a salir.
Así se forma ese nudo que te oprime la garganta hasta ahorcarte cuando mueves la silla, y quedas colgado en el aire.
Bestial. Me has pillado a contrapie totalmente.
ResponderEliminarUn beso, Sara.
Sorprende que ese nudo se convierta en real, pero creo que, para lo bueno o para lo malo, todo lo que se cuece en nuestro interior termina creando nuestra realidad exterior.
ResponderEliminarUn saludo, Torcuato.