Aquellos días jugábamos a encontrarnos, disfrutábamos del sol y de la luz, embebíamos nuestros besos con el dulce y fresco sabor de nuestras almas. Pienso en ti, aunque la luna ya no añore, como antes, tus mañanas. Pienso en ti suavemente, inútilmente, pero sin arrepentimiento. Tendida en la hierba, húmeda e incómoda, busco abrigo bajo este sol aún insuficiente. Sin embargo no hay calidez que cubra mi desnudez de amor; solo se dibujan nubes que precipitan la lluvia.
Me encanta esta ilustración y las palabras que la envuelven Sara, me lleva a una tarde de lluvia suave donde sólo importaba esa cadencia tranquila.
ResponderEliminarUn abrazote :)
Hola, Acapu. Me alegra que te guste y que te inspire sensaciones agradables. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
ResponderEliminarFantástico micro, Sara.
ResponderEliminarDe él destacaría "...no hay calidez que cubra mi desnudez de amor" Bellísima frase.
Un beso.
Una sombra de melancolía pasó ante sus ojos. Todo fue solemne, perfecto. Todo se desarrolló con sencillez, con la lentitud majestuosa de un fuego que nunca se apaga, pero llueve...
ResponderEliminarGracias, MJ. Me ha quedado bastante poético este texto, a veces las palabras salen así...
ResponderEliminarUn beso.
Bellas palabras, Amigo mortal. Un abrazo.
Muy bello. ...cubrir la desnudez de amor...
ResponderEliminarBeso, Sara
Gracias, Torcuato. Otro beso para ti.
ResponderEliminarNostalgia de un tiempo pasado con un futuro proyectado que nunca se llegó a cumplir. Pereza de un presente algo maltrecho con deseo que pase rápido no se sabe hacia donde y tampoco importa.
ResponderEliminarGenial, Cormorán. Así como sacas a relucir el "alma" de las fotografías, lo haces también con los textos.
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