El joven cubrió sus delicados rasgos con una
gruesa capa de maquillaje, untó sus
labios con carmín y alargó hasta el infinito sus pestañas; después enmarcó su
rostro con una peluca amarilla mientras el estrambótico vestido que tanto ansiaba
lucir intentaba ajustarse a las falsas curvas de su cuerpo.
Llegó al pub con la autoestima subida a sus
tacones, pero regresó a su casa descalzo y cabizbajo. Se tumbó en el sofá y,
con una película romántica de fondo, engulló los chocolates bañados en
lágrimas.
La foto es obra de Earthquakeboy.
Me ha dado mucha pena el personaje porque parece ser que sus sueños han sido mancillados. A veces ocurre, pero por contra me ha gustado como lo has contado, Sara. Hay mucho sentimiento plasmado y escondido en lo que has escrito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te leo pero ahora no te leo igual, una pregunta me corroe. ¿Qué contará en el primer capitulo que tendré que continuar?
ResponderEliminarTriste historia de una diosa que sólo soñó con serlo.
ResponderEliminarAlguien debiera avisarle que no es el único, que a todos nos resulta difícil convertirnos en aquello que deseamos.
Besos
Nunca resulta como lo sueñas...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Sara tendrías que dibujarnos ese príncipe-princesa. Ese cuerpo en otro corazón, en otra mente. Ese sueño que es casi una pesadilla. No siempre somos lo que deseamos ser, es cuestión de volver a intentarlo.
ResponderEliminarVenga, dibújanos esa princesa.
Me ha gustado,
Un abrazo.
http://xavierblanco.blogspot.com
Bonita aunque triste tu historia.
ResponderEliminarAunque yo creo que hoy día este mundo está más preparado para que ésto sea algo más habitual.
Aceptarse y aceptar.
Estoy con Xavier, hubiera venido perfecto ese dibujo.
Saludos.
Hola Nicolás. Tal vez es solo una una mala noche, de esas en las que pensamos que seremos los reyes de la fiesta y al final volvemos decepcionados. Yo creo que si persevera alcanzará sus sueños.
ResponderEliminarHola Luisa. Eso quiero saber yo :) No voy a negar que me ha entrado el miedo escénico y la inseguridad. Pero en ello estoy.
Sí, Patricia. A todos nos cuesta.
Rosa: A veces las expectativas son las que nos juegan una mala pasada. Es mejor dejar el sueño abierto y aceptar los acontecimientos.
Hola Xavier. Quería hacer el dibujo, pero llevo una semana muy complicada y decidí que esta foto también quedaría bien para ilustrar el texto. Te lo debo :)
Hola Enmascarado. El mundo ya está preparado, pero este joven no tanto, todavía está buscando su identidad.
Prometo que en otra ocasión me pondré a ilustrarlo.
Gracias por vuestros comentarios.
Abrazos.
Es mi primer visita, Sara, y me gusta lo que he encontrado, tu manera de decir... Así que, aquí me quedaré. Un beso grande desde Argentina!!!
ResponderEliminarEntristece ver a la gente derrotada. Alegra leer cómo lo has contado.
ResponderEliminarMientras lo leía pensaba en Make Up, de Lou Reed.
http://www.youtube.com/watch?v=nyTaFXw19mw
Una historia triste muy bien contada.
ResponderEliminarBesos, Sara.
Muy bonito y triste Sara. Estoy deseando leer tu primer capítulo de la micronovela. Un beso.
ResponderEliminarhttp://www.marhorno.blogspot.com/
Historia triste, pero muy real, lo has contado muy bien, Sara.
ResponderEliminarBesitos
La alegría debería ser un derecho que se adquiere en la puerta al salir, no al entrar. Sin embargo, por si el público curioso dudase de nuestro lema, nos reservamos el derecho de darle al fin de su visita, si lo creyésemos conveniente para nuestra buena imagen y opinión, una lista con los mejores autores de microrrelatos del momento. Efectivamente, tal es nuestro plan, en parte por el conocimiento del público lector, en parte del conocimiento de los escritores: Tú, carisima Sara, tienes el honor de estar entre los mejores de ellos.
ResponderEliminarUn beso.
Hay tantas noches tristes que empezaron llenos de ilusiones... pero hay que aprender a encajar esos golpes y ese personaje volverá a salir con sonrisa radiante, me da la sensación.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Diana. Bienvenida. Es un placer tenerte por aquí. He disfrutado enormemente de tu blog y de la calidad de tus textos y pinturas. Un abrazo.
ResponderEliminarHola CDG. Son derrotas pasajeras, de las que se sale adelante. Estupendo el vínculo que me dejaste.
Gracias MJ. Besos enormes para ti.
Hola Mar. Con ese primer capítulo estoy ahora. Solo me falta la frase final y, por supuesto, el consabido repaso :)
Gracias Elysa. Abrazos.
Amigo mortal: La alegría debería ser un derecho que se adquiere al salir y al entrar, un derecho inalienable... pero así es la vida: en ella existe también la tristeza (si no, tal vez, no sabríamos disfrutar la alegría)
Gracias por tus palabras.
De eso se trata, Ximo: de aprender a encajar los golpes.
Abrazos fuertes para todos.
muy lograda la expresión: "...con la autoestima subida a sus tacones..." Me ha gustado la mini.
ResponderEliminarCariños
Muy bueno este relato. Comparto con Elise, es fantástica la frase "con la autoestima subida a los tacones"
ResponderEliminarTe mando un gran abrazo ;)
Hermosísimo, Sara. Una historia dura, triste, pero contada como la contás hace que uno disfrute leerla, no se canse de leerla otra vez y termine diciendo "hermosísimo".
ResponderEliminarFelicitaciones!!
PD: me sumo al pedido de Xavier, yo también quiero ver la ilustración!!!
Besos!
Gracias, Elise. Cariños también para ti.
ResponderEliminarHola Renate. Qué alegría verte por aquí. Un abrazo.
Ana: Veo que tendré que hacer la ilustración... En unos días, lo prometo.
Un abrazo.
La tristeza de la vida, que apenas nos deja asomarnos a ella y nos está gobernando.
ResponderEliminarBlogsaludos
Una mala noche la tiene cualquiera. Tendrá que probar con una peluca castaña.
ResponderEliminarAbrazos fuertes,
PABLO GONZ
Es muy triste, ojalá nadie se sintiera así...pero he de admitir que yo también he tomado chocolate cuando estaba mal...(y no poco).
ResponderEliminar1 besazo enorme.
Sara me ha encantado esta historia llena de desilusión.
ResponderEliminarRemarcada por la ansiada inauguración de un mundo nuevo, perseguido quizá durante mucho tiempo por el joven y , quizá, también soñado durante años.
Menos mal que, como otras muchas veces, nos queda el chocolate.
Gracias por pasarte por mi blog. Por cierto, me debes un comentario con tus impresiones sobre mi novela que me anunciaste pero que, salvo error, al final no me mandaste. Me encantaría poder recibirlo de una escritora sensible e inteligente como tú. Gracias y un abrazo.
Es una pena el fracaso del protagonista. Pero la felicidad es un valor por el que vale la pena luchar.
ResponderEliminarFenomenalmente narrado, Sara.
Me encantaría ver esa ilustración,he de admitir xD.
Un saludo.
volvió vacía, como sus alforjas, sin tesoro nocturno, sin final feliz. descabalgada de sus tacones. a todos nos ha sucedido más de una vez. pero ya habrá otra nueva oportunidad. no?
ResponderEliminarBuena frase Adivín. No hay que dejarse gobernar por la tristeza. Hay que plantarle cara (como a los políticos :)
ResponderEliminarHola Pablo: Tal vez con otra peluca y un traje distinto. O, tal vez, siendo él mismo funcione mejor.
Hola Francisco. Tienes toda la razón, te lo debo. Esta tarde te escribo un e-mail.
Rublo: Vale la pena perseverar para encontrarse a uno mismo. Así seguro llega la felicidad.
Siempre hay otra oportunidad, Raúl. Otra vez será.
Abrazos fuertes para todos.