Para decirlo de forma analógica, este micro tuyo le llegó al rincón más temeroso de mi alma. De chiquita siempre le tuve miedo a la oscuridad, y si bien ya no le tengo miedo, me queda cierta incomodidad cada vez que se corta la luz (¿no serán las sombras de la pared, otra vez haciendo de las suyas?), por lo que siempre tengo a mano una linterna en la mesita de noche. De miedo tu micro, Sara, pero muy bueno. Cariños, Mariángeles
Hola, Mariángeles. Ese es también uno de mis miedos: los dibujos que se forman en las vetas de los muebles antiguos, en el mármol, en las manchas de las paredes... siempre he visto en ellos caras de lo más "expresivas". Por ello siempre he preferido la oscuridad en la noche, a la media luz que me dejara verlas :-) Gracias por la visita. Un abrazo.
Leído y comentado allí. Fantástico, me encantó. Saludos...
ResponderEliminarGracias, Juanito, por tus comentarios, y por compartirlo también en Google +.
EliminarUn abrazo.
Para decirlo de forma analógica, este micro tuyo le llegó al rincón más temeroso de mi alma. De chiquita siempre le tuve miedo a la oscuridad, y si bien ya no le tengo miedo, me queda cierta incomodidad cada vez que se corta la luz (¿no serán las sombras de la pared, otra vez haciendo de las suyas?), por lo que siempre tengo a mano una linterna en la mesita de noche.
ResponderEliminarDe miedo tu micro, Sara, pero muy bueno. Cariños, Mariángeles
Hola, Mariángeles. Ese es también uno de mis miedos: los dibujos que se forman en las vetas de los muebles antiguos, en el mármol, en las manchas de las paredes... siempre he visto en ellos caras de lo más "expresivas". Por ello siempre he preferido la oscuridad en la noche, a la media luz que me dejara verlas :-)
EliminarGracias por la visita. Un abrazo.