Aquella tarde de estío me encontré en esas calles angostas y empedradas maldiciendo la humedad
que empapaba mi esmoquin y odiando los zapatos puntiagudos que tú, obstinada,
me obligaste a comprar. Me parecía que nunca llegaría a la Iglesia aunque
faltasen solo cuatro manzanas: de repente me hallaba en un encierro donde los
toros venían hacia mí y yo no tenía más remedio que correr en sentido
contrario; o un grupo de zombis salía de las alcantarillas y yo huía despavorido
trepando muros hasta llegar, exhausto, a los techos; o una luz cegadora me
abducía al espacio justo antes de decir: “Sí, quiero”.
Discúlpame,
mi amor, por llegar tan tarde. Ahora por fin, después de años de terapia, puedo
ver con claridad que los obstáculos solo estaban en mi mente.
¿Le espero? Eso sí que es amor.
ResponderEliminar¡Menudo retraso! Es alucinante la paciencia de la novia. Se ve que lo quería 'con locura'.
ResponderEliminarGenial, Sara.
Un beso.
¿Seguro que los obstáculos no eran reales? No sé, no lo tengo tan claro... jajaja...
ResponderEliminarGenial micro.
Eso es amor, efectivamente.
Jajaja, el miedo es capaz de atenazar al más pintado. Y ella, no necesitaría también terapia?
ResponderEliminarBesos desde el aire
Jajaja, Sara, ¿quién de los dos necesita terapia? el novio o la novia cansada de tanto esperar. Como siempre muy bueno y sorprendete.
ResponderEliminarBesitos
ja ja, qué amor el de ella!!!!
ResponderEliminarHum... no estoy muy segura de que casarse sea ganar la partida.
Un abrazo
Muy bueno. El dibujo me ha gustado mucho: esa iglesia con cara de novia abandonada e indignada. Este hombre y esta mujer ¿para qué querrán casarse digo yo?. Un beso.
ResponderEliminarHola Luisa: No sabemos si lo esperó, pero por lo menos él por fin se ha animado a pedirle disculpas...
ResponderEliminarMJ: Jajaja! Es verdad que lo quería "con locura". Un beso.
Quién sabe, Amando, tal vez en realidad fue abducido todo ese tiempo...
Rosa: El miedo y la inseguridad nos embargan siempre antes de un gran cambio... y algunos lo afrontan y otros salen huyendo.
Elysa: Tal vez ella también pasó por terapia para aprender a perdonarlo :)
Besos.
Patricia: Ganar la partida es estar juntos sin condiciones y con el solo compromiso del mutuo amor. Debería ser suficiente :)
Mar: Tal vez el motivo de la boda era un mero formalismo. Aunque él no se atreviera a manifestar su desacuerdo en vez de huir en el último minuto...
Abrazos fuertes!!
Que casualidad, mañana es mi aniversario...el micro buenismo, a mi me suena a ese miedo antes de dar el paso, la inseguridad, el esto es pa siempre...
ResponderEliminarbesos!
Feliz aniversario, Juanlu!! Justo eso es lo que da miedo, el "para siempre..."
ResponderEliminarUn beso.
ja, ja,ja...el tradicional miedo masculino al compromiso de la boda. Estoy seguro que todas esas cosas le pasaron de verdad!!
ResponderEliminarEsa terapia debe ser cosa de brujería. Estoy seguro que le ocurrió todo lo que recuerda. A mí me pasó también.
ResponderEliminarUn abrazo, Sara.
Sara, demasiado tarde diría yo. No sé la novia que le contestará. Pero cuando uno dice que se casa, se supone que lo tiene claro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Sara. Vuelvo a la actividad. Con calma, eso si.
ResponderEliminarCreo que nuestro protagonista aprovechó la ocasión cuando le pidió perdón, para presentarle a su pareja. Un psiquiatra que supo encontrar la manilla de su armario y que le ayudó a salir de el.
Un besote
Si me hubiera pasado esto a mí... me matan! jeje...
ResponderEliminarPuede que todo eso le haya pasado de verdad, Francisco. Tal vez su miedo era más fuerte y real que ese amor que no se animaba a afianzar.
ResponderEliminarMiguel Ángel: Esas terapias puede que funcionen a largo plazo, pero está visto que no sirven para tomar decisiones rápidas :)
Nicolás: Se supone que uno lo tiene claro, pero siempre queda la posibilidad de arrepentirse en el último minuto :)
Hola Cormorán. ¡Qué alegría tenerte por aquí otra vez! Como siempre, me gusta la versión alternativa que propones para la historia.
Jesús: Es que una novia de plantón frente al altar no perdona fácilmente :)
Abrazos fuertes!! Gracias por vuestros comentarios.
Siendo objetiva, me veo reflejada en el dibujo. Al margen de los defectos de los hombres,las mujeres podemos ser un obstáculo difícil de superar. En nombre del amor, les sometemos a batallas con calzado inadecuado. Tenemos la necesidad de convertir el amor en algo imperecedero cuando puede tener caducidad.
ResponderEliminarMe encantó este microrrelato! :) y el dibujo también! :)
ResponderEliminarQuizás te acuerdes de mi Sara con mi "invasión de comentarios" jajaja
beso grande
Es verdad, Ana. Puede que nosotras seamos más propensas a requerir de rituales para "afianzar y concretar" el amor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Julián. Claro que me acuerdo de ti. Es agradable recibir otra vez tu visita.
Un abrazo.