domingo, 20 de abril de 2014

Carey

Sobre el tocador, el pastillero marrón con las medicinas del día continúa aún sin abrir. La luna entra por la ventana y se le enreda en el pelo mientras Armida se peina despacio frente al espejo. Suaves destellos plateados que recoge en un moño en la coronilla con la peineta que un día le legó su abuela, y que ansía que pronto, en cuanto se reúna con su amado Anselmo, herede su nieta. 




7 comentarios:

  1. wow... y espera sin tomarse sus medicamentos del día...
    muy bueno
    saludos
    carlos

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    Respuestas
    1. Intenta restar días a la espera...
      Gracias, Carlos.
      Un saludo.

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  2. Arreglada con una preciosa peineta, queda a la espera de reunirse con Anselmo.

    me gustó. Un abrazo, Sara

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  3. La vida, tan larga a veces y tan corta otras. Muy tierno pero doloroso.

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