viernes, 19 de enero de 2018

1890

Las señoritas Mc Morrison caminaban a paso ligero por la acera casi desierta cuando un fotógrafo se cruzó en su camino. Olivia le dirigió una breve mirada a la cámara. No imaginaba que su rostro amargado e inquisidor quedaría eternamente encerrado en las dos dimensiones de un papel. Tampoco podía suponer que su hermana Victoria planeaba guardar la fotografía, junto a la de su hermano el cura y la de sus severos padres, dentro de un brillante camafeo, con la intención de que pendiera oscilante entre sus pechos mientras se balanceaba desnuda sobre su amante. 




Este microrrelato participa en la propuesta de 
Fotografía de Carl Størmer


2 comentarios:

  1. Me ha encantado el juego que sacas de la foto. Muy original. La picardía de la mujer es exquisita.

    Un abrazo fuerte

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  2. La foto da mucho juego. Gracias Albada por pasarte por aquí y comentar.
    Un abrazo.

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