No te asustes, te sacaré de aquí. Nos iremos juntos hasta la habitación abrazados tomados de la mano dándonos besos ansiando amor subiremos las escaleras despacio lentamente con calma te tiraré en la cama y tú no gritarás, te portarás bien y volverás a tu escondite.
Si es lo que yo creo, es terrible. Menudo salvador.
ResponderEliminarBesos.
No se lo que tu has pensado Torcuato, no se lo que tu has pensado Sara, pero mi mente me lleva a un sitio terrible. No se si pensamos en lo mismo o es que de tanto ver peliculas de miedo (llamadas telediario) me he vuelto muy macabra.
ResponderEliminarHola Torcuato y Nuria. Es bastante terrorífico el micro, lo sé. A diferencia de las películas de terror, aquí las imágenes las ponemos nosotros; son los miedos unidos al exceso de imaginación.
ResponderEliminarAbrazos a ambos.
Otra de tus joyas pasadas. Tremenda, que saca lo más tremendo de nosotros y nos vuelve tan malignos como a ese "salvador". Con ganas de encontrarle y acabar con el y su barbarie, y convertirnos en no menos bárbaros.
ResponderEliminarEs tremendo cuando la historia se queda ahí, cuando el final es un eterno principio (como pasa muchas veces en la realidad) y, como tu dices, Cormorán, te dan ganas de hacer "lo que sea" para evitarlo. Un saludo.
ResponderEliminarMuy bueno, Sara. Cortito y contundente. No se puede decir más en tan poco texto.
ResponderEliminarUn saludo