Esta sección está dedicada a mis "Amigos Cuentistas".
Todos los domingos ellos ponen las palabras; yo solo la ilustración.
La protagonista de hoy es Tagore (Chelo Roldán Tevar) con su microrrelato:
EL BAILE A LA LUZ DE LA LUNA
Cruzó el puente y subió a la valla de piedra. A la luz de la luna, divisó su estampa: negro, astifino y de noble apariencia. El animal avivaba la llama de esa vocación temprana que le hacía escaparse de casa y acudir por las noches a la dehesa. Saltó a la hierba, abrió la boca y citó al morlaco. Los reflejos plateados del astro de la noche envolvieron el baile del muchacho y su capote con un magnífico toro. Hubo otras muchas noches de danza, pero a nadie le hizo saber su secreto.
Podéis leer más relatos de Chelo Roldán Tevar aquí.
Próxima semana: Luis Nieto del Valle.
¿Y nunca pudo asistir a la pista de baile? ¿Nadie lo vio bailar nunca? Lástima, cuando de tu arte sale baile,..., todos deberían disfrutarlo. El arte es un don que tenemos la obligación de compartir.
ResponderEliminarMuy bueno Chelo, de tus manos también sale música. Gracias Sara por compartirlo
Recuerdo perfectamente este microrrelato de Chelo (Tagore) y me ha encantado volver a leerlo. No sólo porque consigue trasladarte al imaginario lugar, sino por el simbolismo en torno a esas pequeñas pasiones "secretas", tan íntimas, tan necesarias. Quizá, en nuestro caso, la afición por "garabatear" -como yo digo. La colaboración se enriquece, además, por el acompañamiento de esa ilustración personal de Sara que es como si le diera "mimos" de acogida.
ResponderEliminarUn abrazo para las dos.
Veo que a tu mágico pincel no le te resiste ningún texto, Sara.
ResponderEliminar¡Enhorabuena a las dos!
Besos.
Increíblemente poético el micro elegido. Felicitaciones, Tagore.
ResponderEliminarTu ilustración, Sara, con la magia particular que caracteriza a cada uno de tus dibujos.
Enhorabuena a esta gran dupla!
Muchas gracias por los comentarios a este estupendo microrrelato de Chelo, y a la ilustración.
ResponderEliminarAbrazos fuertes.
Todos vivimos arrastrados por una fuerza secreta: La vocación. Destacar la concepción dinámica que le da la autora a todos los personajes. Las luna deja de ser puramente estética para cumplir una función que no es exagerado llamar ritual: la luna consagra la imagen, vibrante lugar de cita de una danza de vértigo, preside este universo en el que el joven muestra que no tiene miedo a la muerte, fundiéndose en ese espacio de libertad del toro a la vida y al arte...
ResponderEliminar¡Sara, eternamente gracias! Y a todos los que habéis escrito por hacerlo, por leerlo y poder recrearos con la estupenda ilustración, que como dice Lápiz y Papel, querido Luis, le da mimos de acogida al relato.
ResponderEliminarTransmite muchas imagenes, muy poetico.
ResponderEliminarComo ese muchacho salto yo a ese prado iluminado por la luna a releer este micro de Tagore. Esa soledad buscada para hacer realidad un sueño, una afición. Nuestras letras saltan a los blogs y concursos donde lidian con nuestros adversarios y amigos que compartimos escritura. Aquí solos en el ordenador nos enfrentamos a los textos que serán embestidos por los lectores, nosotros mismos.
ResponderEliminarUn besazo Tagore y Sara.