Después de la medianoche su cuerpo abandona su alma dejándola sola en la cama. Sale al encuentro de nuevas compañías que lo acaricien con manos desenfadadas y lo envuelvan con sensaciones prometidas a cambio de lo único que no le falta.
La foto es obra de Luis Cabrera Aizpuru. Este es su blog: Alma de cormorán: FOTO-RELATOS.
Es terrible tener que salir a buscar caricias a cambio de unas monedas.
ResponderEliminarGran micro, Sara.
Un beso.
Un microrrelato muy bueno. ¿Cómo se puede decir tanto en tan pocas líneas? Una buena capacidad de síntesis.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
;) Gracias Sara.
ResponderEliminarEs verdad, MJ, debe ser terrible ser rico, pero carecer de lo más importante.
ResponderEliminarGracias, Atenea. Los micros son como una pequeña semilla que alberga un gran árbol.
Gracias a ti, Cormorán, por tu estupenda foto y tu amistad.
Abrazos.
Me encanta la inversión que hacés: el cuerpo abandona al alma.
ResponderEliminarEstupendo, Sara!!!
Besos
Que triste, pero me sigue gustando tu forma de escribir. Gracias por un nuevo regalo.
ResponderEliminarY yo de exilio interior...
ResponderEliminarEl cuerpo puede sentir placer, pero aun así el alma puede sentirse abandonada a la soledad. Un beso, Patricia.
ResponderEliminarGracias Nuria por tu comentario. Un beso.
Hay que ver, Amigo mortal. Otros se recluyen en el exterior... Un saludo.