Los pequeños golpecitos se sucedían una y otra vez. Con cada sutil pinchazo podía sentir la tinta surcando su piel, tatuando ese rostro extraño sobre el suyo. Se despertó en el suelo del baño. Su cara estaba tan ensangrentada y rota como el espejo que la había dibujado.
Muy original Sara, nunca había leído un relato sobre un tatuaje. Me ha encantado.
ResponderEliminarPor cierto... hacerse un tatuaje debe ser... aunque algún quizás me haga uno.
Un abrazo.
Existe algo más puntual que el reloj: el espejo. Ese último tatuaje que dibuja una cara inexistente me recuerda a algunos cuadros de Magritte, que como homenaje podría salpicar esta historia, una vida poblada paradójicamente de imágenes, imagenes sin cuento y sin palabras, imágenes sin voces, fugaces, duraderas, lacerantes, alegres, viejas, nonatas. Una vida entera de un alma echa pedazos...
ResponderEliminarQue original, se me hace como verse el alma detrás de la máscara que se usa cotidianamente, quizás de tanto esconderla cuando quiere salir a la luz termina lastimada...supongo!
ResponderEliminarSaludos!!
¡Ufff! esa última frase da escalofríos.
ResponderEliminarMuy impactante, Sara
Besos.
Nicolás: Los tatuajes no duelen tanto...
ResponderEliminarAmigo mortal: Llevamos el reflejo que nos devuelve el espejo tatuado permanentemente en nuestra cara -esa imagen que tenemos de nosotros mismos- que siempre nos marca, para bien o para mal. Ah. Me encanta Magritte.
Hola, Patricia O. Bienvenida. Muy interesante tu interpretación del texto.
Elysa. Admito que es un tanto "macabro" a la vez que inquietante. Pasa cuando hay sangre..
Gracias por vuestros comentarios. Abrazos a todos.
:O Me imagino a alguien mirándose en el espejo cada vez más cerca, tanto que pueda atravesarlo e insertarse en si mismo. Para cuando se da cuenta de lo realizado, su visión es la de su realidad, rota y ensangrentada (una vida tortuosa, sin duda)
ResponderEliminarUn beso Sara
Dicen que la cara es el espejo del alma; el reflejo tatuado de todo lo vivido.
ResponderEliminarGenial micro.
Besos, Sara.
Tatuaje hecho con pichazos de cristales rotos de espejo.
ResponderEliminarMuy duro y muy bueno.
Besos.
Hola Cormorán :) Como siempre, tus comentarios de los textos son relatos en sí mismos.
ResponderEliminarA eso quise llegar con ese micro, Mj. Aunque si lo tomas literal parece de terror :)
Gracias, Torcuato. Tatuándose su reflejo con su propia sangre...
Abrazos fuertes a todos.
Muy gore.
ResponderEliminarMucho va la vida tatuando en las caras y mucho queda velado.
Al igual los tatuajes.
Los hay tan buenos y tan malos.
Nada escapa la relatividad.