miércoles, 28 de marzo de 2012

La vecina

Cuando voy a visitar a mi madre te alegras. Excitada enciendes la radio, te calzas los guantes y te pones a limpiar mientras tarareas tus canciones favoritas. Mueves el pelo que te acabas de soltar junto a la ventana y desabotonas tu bata para que la brisa te refresque mientras yo, desde el balcón de enfrente, te observo de soslayo. Y a pesar del guiño cómplice que adivino en el rostro de mi anciana madre, continúo rotundamente decidido a permanecer soltero


25 comentarios:

  1. Algunos solteros lo son por redondeo al alza...

    Un abrazo fuerte.

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  2. Los hay a quienes ni les importa la oferta :)
    Muy bueno, Sara.
    ¡Saludos!

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    1. Cuando no existe la demanda, la oferta se queda en una vana insinuación:-)
      Un saludo.

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  3. Un hombre de firmes convicciones; más allá de los estallidos circundantes...

    Un abrazo patagónico.

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    1. Parece que esos "estallidos" no lo amedrentan en absoluto...
      Un abrazo mediterráneo :-)

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  4. Eso es a lo que yo llamo "firmeza" sabes lo que quieres y te mantienes en tu postura. Buen blog, saludos!

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    1. En estas cosas somos como los niños, cuanto más nos obligan a hacer algo o están encima de nosotros para que lo hagamos, menos caso les hacemos...

      Gracias por la visita. Un saludo.

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  5. Y no cambiará de postura jaja
    muy bueno
    un saludo

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    1. Y si cambia de postura, será porque encuentre al amor de su vida, que seguramente no coincidirá con los gustos de su madre :-)
      Un saludo.

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  6. Muy majo el relato, Sara, me gustó. Un abrazo.

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    1. Hola Fernando. Gracias por tu visita y tu comentario. Un abrazo.

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  7. Sara, ¡Qué bueno! Me ha despertado una sonrisa alegre este micro. Ese final tiene una sorpresa muy agradecida. Cuando no puede ser... no puede ser, aunque el mundo lo quiera.

    Me gustó como vestiste este relato y lo desnudaste al final con esa sorpresa.

    Un abrazo grande.

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    1. Me alegro que te haya despertado una sonrisa, Nicolás.
      Un beso.

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  8. Me encanta ese guiño de la madre, que siempre son casamenteras por naturaleza, como si la soltería fuese un maldición, cuando, a veces, la maldición es lo contrario. Aunque yo creo que esa vecina, tan limpia ella, con sus guantes y todo, es una buena opción. Un beso, me ha divertido mucho.

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    1. Sí, las madres son bien casamenteras. Eso sí, si no les gusta la nuera... :-)
      Un abrazo.

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  9. Impecable, Sara!!!!
    El argumento un acierto, prosa limpia, gran giro final.

    Siempre es un placer leerte

    Un abrazo

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    1. Gracias, Patricia. El placer de tu visita es mío :-)
      Besos.

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  10. Este micro me suena al 280 de Eskup. Como todos me impresionó y este en particular lo veo con envidia de futuro, no demasiado lejano. El espíritu no entiende de edades, nosotros lo hacemos envejecer.
    Un beso Sara

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    1. Sí, Cormorán, es de aquella época. Todavía no lo había publicado aquí en mi blog. Tu comentario, como siempre, profundo y certero.
      Un abrazo.

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  11. ¡Vamos! muy decidido a permanecer soltero, aún a pesar del guiño complice. Muy divertido, Sara, me ha gustado.

    Besitos

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    1. Es que todavía no ha encontrado el verdadero amor...
      Besos.

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  12. Qué historia tan simpática, Sara. Ay, esas madres que se empeñan en buscarle sustituta al niño de cuarenta años...

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    1. El niño de cuarenta jajaja. Es así justo como me lo imaginé...
      Un abrazo.

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  13. Tratar de imponer a alguien no suele funcionar.

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