No trabajó ni la mitad que la noche anterior. Siempre solía burlar el
toque de queda escabulléndose por las callejuelas vacías, buscando algún resto
de comida para alimentarse y vender a los demás; sin embargo ese atardecer,
cuando sonaron las alarmas, una nave patrulla le seguía el rastro. Corrió hasta
un refugio cercano y entró a empellones, aprovechando
los huecos que dejaban los cuerpos enflaquecidos de la gente. Se sentó en el
suelo, en el rincón más apartado, y esperó. Una mujer rubia que acunaba una
muñeca desmembrada le recordó a su madre, cinco años atrás, después de que una nave
recolectora se llevase a su hermana recién nacida. Ya apenas quedaba un tercio
de la población y todos parecían haber perdido por ello la cordura, pero él aún
se sentía capaz de atisbar la realidad. Eran los abducidos los afortunados.
Este microrrelato ha participado
en la XI quincena del
Hoy también podéis leerme aquí,
Un relato con un toque muy inquietante. Felicitaciones!
ResponderEliminarGracias, Nedda. Un beso.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe he quedado con ganas de más, lo cual, debe significar algo...
ResponderEliminarMe ha encantado. Te deseo suerte, Sara.
Es de estas historias que no acaban ahí, con el punto final. Me alegra que te haya gustado, Dany. Y también tu visita.
EliminarBesos.
Me ha sucedido como a Dany.
ResponderEliminarSara, qué bien describes y ambientas la narración. Desoladora, inquietante... Pero ¿qué les hacen a los abducidos?
Un beso grande.
¿Qué les hacen a los abducidos? Yo creo que ni el protagonista lo sabe. Pero da por hecho que al no estar ellos ahí, en el infierno en el que él se encuentra, están mejor. Siempre suponemos que los otros están mejor que nosotros...
EliminarUn beso, Petra.
El ser abducido debe parecerse, en cierto modo, a la muerte. Aquellos que creen en paraisos tras esta vida, se aferran a la misma por el miedo a lo desconocido. Supongo que si el ser abducido implica una mejora, todos esperarían las naves con los brazos abiertos y algun regalito para el soborno.
ResponderEliminarYo, por si las moscas, me quedo en este mundo por malo que me parezca :)
Por cierto, me dí de alta en Triple C, pero no se como poder participar, donde pinchar.... Soy una nulidad informática :)
La mayoría prefiere lo malo conocido. Aunque parece que el protagonista del cuento tiene esperanzas en "lo bueno" por conocer.
EliminarTe dejo el vínculo de Triple C donde tienes las bases para participar en este concurso y seguir el hilo de todo lo que pasa en él.
http://triple-c.ning.com/group/concurso-minificciones-en-cadena/forum/topics/pensando-unicamente-en-una-de-ellas-xii-quncena-2012
Un abrazo.
Sara, lo primero me alegro de saberte ya bien y escribiendo como siempre. Siempre que te leo me encuentro algo original y me quedo con ganas de más. Como con esta historia. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Francisco. Esté bien o mal, sigo escribiendo. No puedo prescindir de ello :-)
EliminarYo me alegro del éxito de tu libro, que se convertirá en un clásico, ya verás.
Un abrazo.
¡Qué mundo tan desolador el que nos describes en este micro, Sara!
ResponderEliminarVerdaderamente inquietante.
Un abrazo.
Un mundo en el que falta algo para convertirse en el argumento de una peli: el germen de la resistencia :-)
EliminarUn beso, MJ.
si que inquieta como dice mi compañera MJ
ResponderEliminarInquieta ese mundo; aunque quizás no tanto como este en el que estamos viviendo...
EliminarGracias Frank por la visita. Muy interesante las noticias que publicas en tu blog.
Un saludo.
¿ Ves a todos los que se vanaglorian de cultivar los más intrínsicos misterios, que pierden día y noche tratando de resolver los problemas del hombre...? Pues todo eso lo cambiarían sin vacilar por ser como tú...
ResponderEliminar¿ Cuántos estarían ahora dispuestos por pagar un precio por su propia perfección ? Filólogos, críticos de literatura, cinéfilos, académicos en general, todos los aficionados a las artes inventariles, el exhibicionimo erudito y estéril, aquellos que creen que el conocimiento es como extender en un abaníco de palabras sin sentido, una plegada cola de brillantes plumas sin sufrir la corrosiva sospecha que afecta a esas otras emplumadas y también graciosas criaturas que son los pavos reales, de las que se ha dicho que mostrando lo que ocultan procuran que se olvide lo que enseñan, esto es, el raquítico penacho de sus cabezas...
Estoy malito.
Un beso.
Dicen que un pavo, aunque sea real, no deja de ser pavo... Muy interesante, como siempre, tus escritos, Amigo mortal.
Eliminar¡Ponte bueno pronto! (aunque diría Daniel "No mami, no se dice bueno, se dice mejor" :-) Pues eso, que te mejores. Y arriba el ánimo.
Un fuerte abrazo.
Sara, es un relato puro de la mejor ciencia-ficción. Estremece que te hayas aproximado a la realidad de forma tan clara y nos presentes un escenario tan creíble.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Besos.
Lo he descrito tal como me lo imaginé inspirándome en esa frase de inicio. Esa noche no sería como las demás, sería como las que prefiere evitar. Ver la desesperación de la gente quizás es peor que vagar solo por las callejuelas vacías...
EliminarUn abrazo.
En esto de los concursos la deben tener siempre difícil los jurados. El micro que escribí para esta quincena está entre los finalistas, sin embargo no lo considero superior al tuyo, Sara.
ResponderEliminarUna dura existencia la de esos sobrevivientes apocalípticos.
Muy buen micro.
¡Saludos!
Sí, siempre es difícil elegir porque eso significa que también tienes que descartar. Es lo que tienen los jurados.
EliminarEl superviviente siempre tiene momentos en los que le gustaría haber sido él el que ya no está.
Un abrazo.
Buen micro de ciencia ficción, Sara y con un inquietante final, desolador el mundo que habita para llegar a pensar que los abducidos están mejor.
ResponderEliminarBesitos
Todos lloran por esas pérdidas que representan los abducidos. Él, por esperanza o por falta de ella, cree que los abducidos estarán mejor...
EliminarUn abrazo, Elysa.
Este micro es desgarrante, tanto más cuanto que no es imposible encontrarnos en esa situación. Me tomo de la opinión de Elysa: inquietante...
ResponderEliminarTe respondí con respecto a la antología digital, fijate Sara porque quizá estés a tiempo.
Abrazos
Gracias Patricia por ese puntito que le has dado a mi micro :-)
EliminarYa me puse en contacto con José Manuel y es verdad, parece que todavía estaba a tiempo. Gracias por animarme.
Un abrazo.
Lo triste es que los invasores están muy cerca de nosotros y lo que nos conquistan es la mente y como consecuencia, el alma.
ResponderEliminarBesos, Sara
El alma es lo más difícil de conquistar, de atrapar... Yo creo que trasciende el cuerpo y la mente.
EliminarUn beso.
Un retrato muy interesante. La cuestión es, si los afortunados son los abducidos... ¿por qué evita ser uno de ellos?.
ResponderEliminarYo creo que espera a que vuelva a pasar una nave recolectora y que por fin lo elijan a él. Aunque quizás no tenga esa suerte...
EliminarUn abrazo, Cybrghost.
Me gusta esa atmósfera que recreas, hay vitalidad y ganas de vivir entre tanto horror y locura.
ResponderEliminarUn abrazo :)