Esa noche me hallaba en la
casa del árbol releyendo tebeos, derritiendo mis gafas a la cálida luz de las
velas, cuando un gigante apareció en el bosque y comenzó a dar manotazos a los
troncos, como si estuviese apartando la mala hierba del camino. Con cada
sacudida del viejo olmo yo me aferraba más a aquellas primeras lecturas, pensando
que podrían redimirme de un desenlace que se presagiaba fatídico. Aún hoy creo
que así fue, ya que la casa del árbol se precipitó justo sobre la almohada que
el gigante había preparado en el suelo para echarse a dormir.
Este texto participa en los Viernes creativos, de Escribe fino,
el blog de Fernando Vicente. Inspirado en esta ilustración de Karolis Strautniekas.
el blog de Fernando Vicente. Inspirado en esta ilustración de Karolis Strautniekas.
Es precioso tu micro Sara. Me ha encantado.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias, Nani.
EliminarUn abrazo.
Muy bonito Sara. Las imágenes de esta semana se han demostrado muy sugerentes y nos han inspirado historias muy variadas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es verdad, altísima la calidad de los microrrelatos este viernes. Un gusto leeros a todos. ¡Y todos escritos en apenas unas horas!
EliminarUn abrazo, Miguel.
Yo también creo que sí sucedió.
ResponderEliminarUn beso, Sara.
HD
Un instante mágico, especial. Son varias las veces que, de una u otra forma, he llegado hasta tu blog y he de decirte que me parece muy interesante.
ResponderEliminarUn abrazo.