miércoles, 19 de marzo de 2014

Adiós imposible

Esa mañana salió asfixiada por un nudo en la garganta. Regresó del trabajo, colgó el abrigo en el despertador, hundió su cabeza en la almohada y lloró. Otra jornada igual que la anterior. La rutina la despertó temprano y la sumisión arrastró sus pies. Volvió tarde a su casa. Como hacía calor, esta vez ahogó el reloj en la bañera. Ya en su cuarto, corrió las cortinas para que la luz del día no disipase su oscuro propósito de no volver a ese sitio fatigoso y hostil. A la mañana siguiente llegó tarde al trabajo.


14 comentarios:

  1. La rutina es aplastante, solo nosotros tenemos las armas para salir de ella.
    Muy buen relato!!
    Cariños....

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    1. Sí, Oriana. Solo nosotros podemos generar ese cambio que tanto esperamos.
      Un abrazo.

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  2. Buenos días Sara, ¡cuántas veces he deseado ahogar el despertador en la bañera!, pero cada vez los hacen más resistentes y el mío hasta flota. :)

    Me gusta la imagen de colgar el abrigo en el despertador. Buen micro. Un besote de casi primavera.

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    1. Buenos días, madrugadora :-) Yo, aunque programo cada noche el despertador, me levanto siempre antes de que suene. La costumbre, dicen.
      Un abrazo primaveral, que esta tarde empieza (aunque las flores de mi terraza se han adelantado)

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  3. Cuántas veces decimos "nunca más", "se acabó", "no vuelvo"... hasta el día siguiente. Pero ¡qué diferencia leído en tu micro!
    La personalización del despertador es muy buena, muy ilustrativa.

    Un abrazo fuerte.

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    1. Es lo bueno que tiene la literatura: hay tantas formas diferentes de expresar lo mismo, lo cotidiano...
      Un abrazo, Amparo.

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  4. La vida a veces aparece como un pozo sin fondo y no tenemos elección...

    Besos

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    1. Y uno se dice "Hay que aguantar un día más" y así pasan los años...
      Un saludo, David.

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  5. Pues he perdido mi comentario, pero en definitiva te decía que cómo cambia la aburrida rutina al leer tu relato.
    Una personalizacón muy buena e ilustrativa la de ese despertador!!!

    Abrazo grande

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  6. Hola sara, caigo por tu casa que hacía tiempo y nada sigo disfrutando de la lectura de tus originales micros.
    "La rutina la despertó temprano" me ha encantado esta frase, y el texto es un bucle infinito y duro de asimilar, pero es lo que hay aunque veo un final algo rebelde, Abrazos

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    1. Hola, Manuel. Gracias por la visita.
      Yo también creo que se terminará rebelando. Esto es solo el germen de lo que vendrá después...
      Un saludo.

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  7. Nos hemos autoesclavizado. Yo aún busco una salida, soy así de iluso.

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  8. Genial. Muy dramático, se percibe a cada paso la angustia de la protagonista.
    Me gustó mucho, Sara.
    Saludos.

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  9. Me gusta que el reloj sea ahogado. Se lo merece. Por si nos encuentra un trabajo ilusionante, de esos que nos apasionan, no lo tiremos a la basura, por si se puede secar con tollas de cordura laboral.

    Un abrazo.

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