Hermosa metáfora de la pérdida del equilibrio, Sara, cuántas cosas podrían decirse. Porque la paloma representa la paz... porque lo faquires son considerados unos inútiles... porque... Un beso enorme, has logrado en una simple frase, mover todos mis pensamientos. Humberto.
Amaba la soledad, la soledad absoluta y continuada. La gente suele decir: " la soledad es algo hermoso si es elegida, horrible si impuesta ". Puede que para ellos sea cierto. No para el faquir. Él necesita una soledad total. Ella es su elemento, en ella se siente como un pájaro en el aire...
Hola Nicolás. Él faquir parecía una estatua y la paloma hizo lo propio... Gracias, Xavier. Un abrazo desde Granada. Me ha alegrado verte sonreir, Elysa. Hola Humberto. Ese ¡ay! es, como dices, causa de la pérdida del equilibrio. El contratiempo de la paloma hace que pierda la concentración y sobrevenga el dolor. ¡Ay, no me molestes! -habrá dicho el faquir a la paloma. Esa soledad tan preciada para algunos, Amigo mortal... Todos tenemos nuestras fortalezas y debilidades, Juanxxi. Gracias, a ti :) Hola, Dani. Gracias por pasarte por aquí. Mañana te contesto . Hola, Pablo. La verdad es que el original que escribí tenía el "él" en la última frase, pero a la hora de publicarlo se me voló... Aunque, viendo la cara que tiene la paloma en el dibujo, puede que sea ella la del ¡ay!.
...el asco, para el aprensivo, es difícil de superar, Cormorán. Pero al final uno a todo se acostumbra. Así como el faquir se acostumbró a soportar el dolor de los sables lo hará con las palomas. Un beso.
Hola, No Comments. Bienvenido. Me alegra que de esta visita te lleves una sonrisa. Un saludo.
El faquir llevaba horas sentado sobre la punta de una lanza cuando una paloma se posó sobre su hombro y defecó. Entonces él dijo: ¡Ay!
Sara me has arrancado una sonrisa. Es muy gracioso e ingenioso. Pobre faquir y que inoportuna paloma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Genial Sara, como la vida misma.
ResponderEliminarUn abrazo desde Barcelona...
Gracias por la sonrisa, Sara. ¡Pobre faquir!
ResponderEliminarBesos
Hermosa metáfora de la pérdida del equilibrio, Sara, cuántas cosas podrían decirse. Porque la paloma representa la paz... porque lo faquires son considerados unos inútiles... porque...
ResponderEliminarUn beso enorme, has logrado en una simple frase, mover todos mis pensamientos.
Humberto.
Amaba la soledad, la soledad absoluta y continuada. La gente suele decir: " la soledad es algo hermoso si es elegida, horrible si impuesta ". Puede que para ellos sea cierto. No para el faquir. Él necesita una soledad total. Ella es su elemento, en ella se siente como un pájaro en el aire...
ResponderEliminarvaya un dolor de mierda... ja ja ja Una cosa es el heroico dolor del sacrifico... pero la inmundicia es mucho más dolorosa. Genial.
ResponderEliminar... y gracias...
Genial!!!
ResponderEliminarOye te he contestado el mail, ya me dirás.
Besazos
Me divirtió mucho el micro. También suponer que fue la paloma quien dijo "ay".
ResponderEliminarAbrazos muchos,
PABLO GONZ
Hola Nicolás. Él faquir parecía una estatua y la paloma hizo lo propio...
ResponderEliminarGracias, Xavier. Un abrazo desde Granada.
Me ha alegrado verte sonreir, Elysa.
Hola Humberto. Ese ¡ay! es, como dices, causa de la pérdida del equilibrio. El contratiempo de la paloma hace que pierda la concentración y sobrevenga el dolor.
¡Ay, no me molestes! -habrá dicho el faquir a la paloma. Esa soledad tan preciada para algunos, Amigo mortal...
Todos tenemos nuestras fortalezas y debilidades, Juanxxi. Gracias, a ti :)
Hola, Dani. Gracias por pasarte por aquí. Mañana te contesto .
Hola, Pablo. La verdad es que el original que escribí tenía el "él" en la última frase, pero a la hora de publicarlo se me voló... Aunque, viendo la cara que tiene la paloma en el dibujo, puede que sea ella la del ¡ay!.
Abrazos para todos.
Nos pueden atravesar con lanzas, hacernos tragas sables, comer cuchillas...pero nuestra imagen...
ResponderEliminarjajjajaa me reí con la cagada de la paloma encima del fakir, jajajja
ResponderEliminarUn saludo indio
...el asco, para el aprensivo, es difícil de superar, Cormorán. Pero al final uno a todo se acostumbra. Así como el faquir se acostumbró a soportar el dolor de los sables lo hará con las palomas. Un beso.
ResponderEliminarHola, No Comments. Bienvenido. Me alegra que de esta visita te lleves una sonrisa.
Un saludo.