lunes, 4 de abril de 2011

Ascenso

Era un hombre positivo a pesar de llevar cuarenta años en la misma empresa, ocupando la misma oscura y minúscula oficina. Hacía sus tareas con diligencia y esmero, siendo apreciado por sus compañeros. Siempre pensó que reconocerían su dedicación otorgándole un cargo superior; nunca decayó en su empeño. Un día se quedó perpetuamente dormido en la silla de su despacho. Al despertar se encontró en un recinto blanco y luminoso. Flotaba de emoción, podía tocar el cielo con sus manos. Por fin lo habían ascendido. 

5 comentarios:

  1. Tras cuarenta años de duro trabajo uno cae en la cuenta de que podía haberse hecho en un instante...Y, después de eso, le pedirá " su jefe " que le esté agradecido...Agradecido,
    ¿ de qué ? Y si, después de la muerte, no existe ya el tiempo.¿ Ocupará siempre el mismo puesto ? " Hay desgracias que acaban bien y hay ganancias que arruinan ". Me quedo con el aprecio de los compañeros.

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  2. Yo también me quedo con eso, Amigo mortal.
    Un saludo y gracias por comentar.

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  3. Ja, ja.
    Este micro me ha encantado por una interpretación que hago: Este hombre positivo no consiguió ascender en su trabajo, porque de todos es sabido que las buenas personas, las que no pisan cuellos, los que no son trepas, se quedan donde están, no llegan a lo más alto del escalafón. Pero por ese mismo motivo, consiguió el ascenso más importante, la gloria eterna.
    En fin, no sé si va por ahí, je, je.
    Besos.

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  4. Es un texto irónico, sujeto a múltiples interpretaciones. La tuya me encanta. Seguro que se ganó el cielo por ser un "hombre positivo", por su buen hacer y su paciencia. ¿Qué mejor ascenso?
    Un beso.

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  5. Ja,ja,ja La moraleja que saco es que no hay mejor ascenso que dejar de trabajar.

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