viernes, 22 de abril de 2011

Eterno abrazo

Este microrrelato ha sido publicado hoy en la revista La Esfera Cultural

Te acercaste a consolarme conteniendo mis lágrimas en tu hombro. Acariciaste mi pelo susurrando palabra dulces y me estrechaste contra tu pecho. Así, enredado entre tus brazos me regocijé un buen rato, hasta que intenté apartarme de ti, pero no pude. Me envolvías con esos intrincados hilos que tejes aprovechando mis debilidades; me atrapabas entre la maraña de excusas y culpas que creas intentando poseerme. Intenté zafarme pero tú apretabas cada vez más fuerte. Asfixiado busqué redención en tus ojos, y apresaste también mi reflejo.




13 comentarios:

  1. No sé porqué pero le quiero. Y no lo sé, pues sé que no me hace ningun bien, todo lo contrario. Lo achaco al instinto de un bien escondido, a la esperanza de que algun día brote esa otra persona, que sé, que habita dentro, y que tambien sé, que es como pienso que es, buena.
    Solo me queda una duda. Si viviré para saberlo.
    Algun día, con tu permiso, usaré este comentario como relato.
    Aunque ya lo conocía, es realmente inspirador. Y cada vez que lo leo... escalofríos me da.

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  2. Hay amores axfisiantes pero que sin embargo nunca dejamos escapar. Hay que saber salir de ahí, porque acaban contigo.

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  3. Con tu permiso, vengo a quedarme para leer, aprender, disfrutar y comentar de vez en cuando.
    Y como acabo de escribir en La Esfera este micro, además de hermoso, por desgracia es real como la vida misma, por ello me estremece.

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  4. Este micro lo reedito por su publicación en La Esfera Cultural y porque muchos nuevos visitantes del blog no lo han leído todavía.
    Tus comentarios suelen ser buenos relatos, Cormorán, ya que plasmas una visión propia y profunda de lo que lees.
    Gracias por leerme (y releerme :-)

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  5. Hola Nuria. A veces hay personas que se hacen fuertes en la relación alimentándose de las debilidades del otro. No solo se da en parejas, sino en todo tipo de relaciones que crean dependencia.
    Un saludo, gracias por comentar.

    Hola Amando. Me alegra mucho que estés aquí visitándome. Muchas gracias por comentar.
    Un abrazo.

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  6. Es lo que tienen los vampiros, una mezcla de atracción y de miedo.
    Fantástico texto, Sara.
    Besos.

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  7. Los conejillos blancos tienen un don: sentir seis horas antes que el resto de los humanos el momento en que la atmósfera se hace irrespirable. Lo mismo le pasa al personaje, al que acomete la misma sensación de tener una relación de amor a bordo de un submarino: la atmósfera se ha hecho sofocante, condenada a la asfixia...pero se da cuenta.Persiste en su suposicición de que todo sigue normal, como en el pasado. Pero luego termina todo. Y él sabe que eso va a ocurrir. El amor morirá entre terribles tormentos, asfixiado por una atmósfera que no le permite la existencia...Sólo queda el reflejo de lo que fue.

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  8. Es verdad, Torcuato. Todos conocemos a un vampiro de esos...

    El personaje intuye lo que pasará cuando caiga nuevamente rendido en sus brazos, pero aún así cae, Amigo mortal. Me gustó eso de la relación sofocante como dentro de un submarino...

    Un abrazo a ambos.

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  9. Tremenda relación amorosa la que nos presentas en este angustioso micro, Sara.
    ¡¡Uf!! Es como sentir el abrazo de una constrictor. Escalofriante.

    Besos.

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  10. Muy bueno, Sara, retratas muy bien ese tipo de amores asfixiantes y vampirescos que, muchas veces, se valen de la debilidad para fagocitar.
    Un beso.
    Humberto.

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  11. El amante se crece ante la sumisión del amado fagotizando en la excusa amorosa, una maniobra ingeniosa que exalta su ego.
    Me gusta, Sara. Lo he vivido y lo describes muy bien.

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  12. Exacto, MJ, como una inmensa serpiente... Un beso.

    Hola Humberto. Desde luego, son amores que minan nuestras defensas. Un saludo.

    Es verdad Veintiuno lo que dices. Al final termina siendo una violencia psicológica muy ingeniosa. Un abrazo.

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  13. El texto consigue estupendamente esa pretendida sensación asfixiante de la posesión extrema, como la ejercida, por ejemplo, por una persona muy celosa.

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