Siempre se creyó desafortunado por ser distinto a los otros. Desde pequeño lo señalaban con el dedo, burlándose de su condición. Se sentía un paria entre los tréboles por tener cuatro hojas. Hasta que un día una mano cálida lo escogió entre todos los demás y, acariciándolo, le declaró: “Es una suerte haberte encontrado”.
Hoy, 20 de julio, en Argentina y en otros países de Latinoamérica se celebra el "Día del Amigo".
A vosotros, amigos que me acompañáis día a día en este blog, os dedico este relato. Porque sois especiales y únicos. Y porque es una suerte haberos encontrado.
Es un relato muy apropiado para el día que señalas. Si nos dedicamos a sembrar y hacer el bien, antes o después, nuestra "diferencia", que no es otra que aquella que nos hace a todos y cada uno de nosotros diferentes a ojos de los demás y ante la misma naturaleza, nos regalará unos ojos que al mirarse en los nuestros exclamará: "Es una suerte el haberte encontrado".
ResponderEliminarFeliz Día del Amigo, Sara. Es una suerte el haber coincidido contigo y compartir parte de nuestro tiempo.
Eres una persona especial y te mereces la mejor de las suertes... ¡qué la disfrutes!.
Sara, gracias a ti por compartir tus emociones, tus impulsos, tus sensaciones con todos nosotros. Por escribir con esa calidez que te caracteriza, y además regalarnos esos dibujos, esas ilustraciones, que en si mismas ya son un relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Xavier Blanco
http://xavierblanco.blogspot.com
PD. Algún día, de esos del verano, que estés despistada, te sisaré un dibujo y lo teletransnportaré a mi blog...
Qué delicadeza de micro. O de poema. O de micro-poema.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Sara! Por la dedicatoria.
ResponderEliminarMe encanta el micro, creo que ser distintos nos hace especiales
Besitos
Sara la dedicatoria es preciosa porque el relato es un primor. Me encanta esa metáfora entre el trébol, lo diferente y la suerte. Muy bueno.
ResponderEliminarLuego decirte que "Feliz día del Amigo" y gracias por el regalo.
Un beso muy grande y no cambies, pues lo haces muy bien.
Muchísimas gracias, Sara!!!
ResponderEliminarPalabras, imágenes y micro componen un gesto delicioso.
El trébol de cuatro hojas sos vos, amiga
Feliz día de todo corazón.
tu eres nuestra suerte compañera... gracias
ResponderEliminarUn relato delicioso, Sara. Parece un clásico celta o algo así.
ResponderEliminarAbrazos agradecidos,
PABLO GONZ
Hola Veintiuno. Hermoso lo que dices. Estoy de acuerdo contigo en que la buena suerte se siembra dando y haciendo el bien. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarHola Xavier. No hace falta que teletransportes un dibujo de mi blog al tuyo. Ya lo tienes en tu e-mail. Un saludo.
Hola Patricia. El trébol de cuatro hojas no soy yo, pero en la foto lo sostengo en la mano :) Lo encontré hace tiempo en un inmenso campo de tréboles. Y eso me inspiró el relato. Un abrazo
Gracias Elisa. Lo de micro-poema me ha gustado :) Un gran abrazo.
Elysa: Me alegra que te haya gustado la dedicatoria. En las diferencias está la belleza de la vida.
Gracias, Nicolás. Es difícil no cambiar a cada segundo. Pero intentaré seguir siendo, en esencia, la misma. Un beso.
Gracias Patricia. El trébol de cuatro hojas no soy yo, pero lo sostengo en la mano :) Lo encontré hace tiempo en un campo de tréboles, y fue lo que me inspiró el relato. Un abrazo y feliz día.
Gracias a ti, Juanxxi. Un beso.
Hola Pablo. Me alegra que te haya gustado. Felíz Día del Amigo. Abrazos amistosos.
ResponderEliminarHola Sara.
ResponderEliminarMe siento parte de la dedicatoria, con lo cual, solo darte las gracias por ello y decirte lo que ya sabes. Es un sentimiento compartido, de ida y vuelta, bidireccional. Llámalo como quieras, vamos, que te siento amiga.
Un besote
Eso es la amistad, Cormorán. Un sentimiento mutuo de afecto. Y yo te considero mi amigo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Suerte para el que lo encontró, suerte para el trébol, suerte para ti por compartir la suerte, suerte para todos... a ver si me toca la lotería.
ResponderEliminarMuy bonito relato, hasta he visto un gnomo verde con una olla llena de monedas de oro al final del arcoíris.
Suerte para ti, Henry.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Un saludo.
Es la versión vegetal del Patito Feo!!!!!! Y es encantadora.
ResponderEliminarHola, Montse. No se me había ocurrido verlo de esa manera, pero desde luego que sí. El Patito Feo en versión vegetal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me recuerda un cuento de mi hijo Dani.Espero que te haga sonreir y te traiga suerte.
ResponderEliminarhttp://dani-danicuentacuentos.blogspot.com/2011/06/la-buena-suerte-menuda-suerte.html
Un beso sabor a trébol de cuatro hojas.
Qué bueno, Albada. Me he pasado por el blog de tu hijo Dani (mi hijo se llama igual) y me he leído el relato de "la suerte". Estupendo, muy divertido, me encanta como escribe (tiene a quien salir :)
ResponderEliminarUn abrazo.