Aquel joven
holgazán e indolente malgastaba todo su tiempo tumbado, viendo la televisión.
Un buen día sintió que la vida se le escapaba y salió corriendo tras ella.
Después de muchos años deambulando por el mundo buscándola sin éxito, ya viejo
y cansado, decidió regresar. Y allí estaba, esperándolo en el sofá de su casa,
donde creyó haberla visto por última vez.
Sé de varios que les pasó lo mismo, salieron como locos a buscar lo que ya tenían. Tu personaje tuvo suerte, cuando regresó ella aún estaba donde la había dejado.
ResponderEliminarAbrazos!
Bueno, al menos éste salió a buscarla.
ResponderEliminar¡¡Genial, Sara!!
Besos.
Vivió muchos años en busca de su vida. Sin duda, algo mucho más emocionante que quedarse en el sofá.
ResponderEliminar¡Ahora mismo me levanto! :-)
Saludos...
Una vida bien escrita es tan rara como una vida bien empleada. Sin embargo, tú lo has conseguido en varias líneas. Las ideas se tienen; en la vida se está. Ambas cosas se dan en ti. Y doy fe que eres un ejemplo de ello...
ResponderEliminarHay que saber que la vida es la que tenemos y aprovecharla lo mejor posible. No cabe duda que si no nos satisface debemos cambiar, solo tenemos una y hay que disfrutarla. si la búsqueda es infructuosa, nada hay de malo en retomar la anterior. Rectificar es de sabios.
ResponderEliminarSara que bueno el micro. Me he reído imaginándome a ese gandul buscando su vida pérdida. Y seguro que la vida, tan vago como él, estaba allí todo el tiempo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, un abrazo.
Ergo me quedaré con mi vida viendo la tele :). Parece más relajado
ResponderEliminarEs verdad, Patricia. Muchos creen que avanzan caminando, pero en realidad se alejan.
ResponderEliminarHola MJ. Con mucho esfuerzo, pero salió a buscarla :)
Desde luego que es más emocionante que el sofá, Roberto. Es una pena que él no supiese que la búsqueda es, en sí misma, la vida.
Amigo mortal. Por mucho que yo sepa que la vida está dónde yo estoy, nunca dejo de buscarla :)
Muy sabias tus palabras, Cormorán.
Me alegra que te haya gustado, Nicolás. Yo creo que la vida que él quería era esa, la del sofá. Pero la sociedad te empuja a lograr algo. Ya en su jubilación se encontró por fin “en casa”.
Relajadito en el sofá, Amando, se está muy bien. Aunque puede llegar a ser un poco aburrido :)
Gracias por vuestros comentarios.
Abrazos.
Es la adolescencia en toda su expresión. La vagancia, astenia...y la premura del anhelo loco de reencontrar a esa persona que le hizo vibrar y quedar en stand bye.
ResponderEliminarPrecioso Sara.Me quedo con letra y dibujo.
Un beso
Menos mal que lo esperaba, supongo que para jubilarse juntos.
ResponderEliminarBesitos
Como mínimo la re-encontró. Lo duro es salir a buscarla y no encontrarla ni al ir ni al regresar.
ResponderEliminarEs esa etapa de la adolescencia en que cuesta arrancar, Albada. Hasta que llega el primer empujón. Y hay gente que llega a la jubilación con los restos de ese gran impulso, ansiosa de volver otra vez al sofá.
ResponderEliminarUn abrazo.
Puede que sí, Elysa. Besos.
Eso sí que debe ser duro, Montse. Cada cual le encuentra a la vida un sentido diferente. Y hay que aceptarlo.
El peligro de hacer el holgazán es que se te quede el cuerpo golfo (expresión copiada de un viejo amigo cuando se refería a no tener nunca ganas de trabajar).
ResponderEliminarUn abrazo, Sara.
Dicen que uno se acostumbra a la "buena vida" y luego, como tú dices, cuesta arrancar.
ResponderEliminarUn abrazo, Luis.