El viejo se sienta trabajosamente en su banco favorito de la plaza y, mientras desmigaja el pan para las palomas, observa de reojo a las jóvenes refrescarse en la fuente. Rememora aquellos tiempos en que era un marinero apuesto y hábil para el cortejo. Entonces caían tantas señoritas en su red como peces pescaba en alta mar. Aún hoy sus endiablados cantos -mezcla de oleaje y espuma- continúan atrapados en sus sueños.
La foto es obra de Luis Cabrera Aizpuru.
Oye, Sara, me suena muchísimo este micro. ¿Lo has publicado en algún otro sitio antes?
ResponderEliminarO eso o necesito unas vacaciones urgentemente.
Acertada conjunción imagen y texto.
Besos.
Los seductores lo son hasta la sepultura. Me ha gustado mucho el titulo del micro que no te da pista ninguna y luego es parte importante del micro.
ResponderEliminarMuy bien Sara, un abrazo.
Hola MJ. Este micro lo publiqué hace unos días en el blog
ResponderEliminarhttp://280ypunto.blogspot.com/
Si sigues este blog puede que lo hayas leído ahí (allí publico como Saryle). Un beso.
Eso pasa con la gente anónima que vemos en las plazas, Nicolás. A veces sus historias son toda una sorpresa.
Un abrazo.
La serpiente tuvo que ser el animal más hermoso de la creación. Luego como tantas otras cosas bellas, ha venido a menos. Lo mismo le pasa al hombre que envejece...
ResponderEliminarEn el Génesis presentan a la serpiente como " la más astuta de cuantas bestias del campo hiciera Jehová ", pero no nos la describen en el aspecto que tenía para ser diferente al de ahora. Sólo al considerarla culpable de haber engañado a la mujer la amenazó Dios " Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida " Yo quiero imaginarla antes de adquirir ese repugnante aspecto como un ser bello. ¿ Quién se va a agachar para escuchar lo que dice una serpiente, que con su forma de reptar medio escondida ya muestra su perfidia ? No, no. El seductor tiene que ser bello para que pueda engañar. Igual que el hombre que recuerda sus historias y sus conquistas en el pasado al ver a una bella joven a la que mira, como al mar al que le sacó sus frutos, con ojos distintos...
Texto, título e imagen se amalgaman tan armoniosamente que reproducen esa melodía "mezcla de oleaje y espuma"
ResponderEliminarBesos, Sara
Al hilo eso que dices, yo cuando tengo que esperar en un sitio concurrido, tipo estaciones, me encanta poner historias a las personas que veo. Algún día iré con una libretita le escribiré la historia que yo crea y se la daré a ese alguien.
ResponderEliminarUn abrazo, Sara.
Muy poético y muy conseguido. Prueba evidente de que en cinco líneas cabe toda una vida.
ResponderEliminarSaludos desde (el) más allá.
La imagen, el título que no asocias a la foto y consigues con este micro crear toda una historia que da sentido a ese título
ResponderEliminarBesos.
Hola, Amigo mortal. Has sabido mezclar con acierto este texto con el anterior. A mí también me intriga el aspecto de la serpiente antes de que la condenaran a arrastrarse sobre su pecho. Y si era seductora debía ser bella, como tú dices. Muy interesante reflexión.
ResponderEliminarGracias Patricia. Dicen que son las sirenas las que hechizan a los marineros con sus cantos pero tal vez sea el sonido del mar, mezcla de oleaje y espuma.
Aprovecho para decirte que leo todos los cuentos de tu blog, que me encantan, pero que no puedo comentar allí. Un beso.
Buena idea, Nicolás. Hace tiempo hacía eso, escribía intuitivamente sobre alguien (sin corregir y sin pensar) y se lo daba. Era muy revelador, para ambos.
Gracias, Jose Antonio. Y si nos apuran, hasta puede llegar a caber en una línea :)
El título desconcierta un poco con la foto, Elysa, pero así incita a leer...
Abrazos fuertes para todos.
Estoy de acuerdo completamente: "donde hay siempre queda", y has conseguido bordarlo con esa imagen narrada del seductor en su ocaso, que se resiste a salirse del circo de la vida y todas las noches recuerda quién fue, alimentando esos cantos como el último eslabón al que asirse.
ResponderEliminarUn beso, Sara.
Siempre nos queda algo de lo que una vez fuimos. Y si alguna vez lo olvidamos, los sueños nos lo recuerdan.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Daniel. Un beso.
Una vez más, gracias Sara por regalarme formar parte de una de tus obras. Son regalos sin precio que me ensalzan el ego :D
ResponderEliminarAdemás con un Lobo De Mar, lo más apropiado para un ave marina como yo.
Mil besos salados de agradecimiento
Gracias a ti, Cormorán. Poder ilustrar mis textos con tus fotos es para mí un regalo.
ResponderEliminarUn abrazo salado de vacaciones en el mar.