Pureza efímera perdida la gran noche que selló su cautiverio. Lágrimas sorbidas en silencio, veneno lento del tiempo disipado entre rutinas y costumbres. Sueños que tejen huidas que se destejen de día para volver a tejer, con ese mismo hilo, los abrigos de sus hijos y sus nietos.
Sueños con solera, antiguos. Veo un personaje que quiere y no puede. O no se atreve.
ResponderEliminarUn texto bellísimo, del que destaco la primera frase que describe la noche de bodas con una elegancia sublime.
ResponderEliminarEsto sí es LITERATURA.
Un besazo, Sara.
¿ Qué quiere decir la gente cuando afirma: " Yo al matrimonio no le tengo miedo porque sé que es bueno " ? ¿ Han ido al dentista alguna vez ?
ResponderEliminarCoincido con MJ, que sabe mucho de esto.
Un beso.
Contundente referencia a la vida de muchas mujeres (porque se trata más de mujeres), sobre todo de la generación anterior a la nuestra. No disfrutaron de casi nada, y sólo se refugiaron en el amor a sus hijos; y después sus nietos. Condenadas a esa situación que siguen haciendo en muchos casos gustosas, cuando se trata de su principal fuente de afecto. Una labor callada y con poco reconocimiento.
ResponderEliminarCuantas sensaciones en tan corto, realmente me asombras, Sara.
ResponderEliminarBesitos
Montse: Sí, es un personaje de los de antes, de aquellos que querían cambiar su vida pero no podían ni se atrevían.
ResponderEliminarGracias, MJ. Este es uno de los primeros micros publicados en este blog (que esta semana cumple un año) y me apetecía reeditarlo, como homenaje.
Amigo mortal. Ahora es más fácil decir que no a un matrimonio, o romperlo si luego no funciona. Sin embargo hace muchos años no era así...
Hola Luis: Describes muy bien la situación que quise representar con este texto, que surgió hace un año ¿te acuerdas? cuando escribíamos "en 280 caracteres". Un abrazo.
Gracias, Elysa. Se puede decir mucho con pocas palabras, como esas mujeres a las que se refiere el texto, que tanto pueden dar con tan poco...
Abrazos para todos.
Las costumbres pesan más que el entendimiento, especialmente en épocas y lugares.
ResponderEliminarQué triste me ha parecido siempre este texto, aunque necesario.
Estupendo, Sara.
Un abrazo.
Deben ser pesados e incómodos esos abrigos, como esos suéteres que pican, si están hechos de sueños no cumplidos. Pero si están hechos de sueños llevados con alegría... eso sí abriga bien.
ResponderEliminarSaludos
verif. de la palabra: chutar
No se que me fascina más si tus hermosas palabras o el increíble dibujo.
ResponderEliminarEnhorabuena!!!
Besos desde el aire
Bellísima y tierna prosa poética!
ResponderEliminarBesos
Hola Veintiuno. Es un texto triste, como la realidad que describe.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Lucas, muy cierto lo que dices. Todos hemos sentido alguna vez la lana rígida y picante, y también ese suave abrigo tejido con amor.
Gracias, Rosa por tus palabras. Un beso.
Patricia. De vez en cuando las palabras salen así, más poéticas. Aunque no renuncio a este pequeño formato :) Un beso.
Sara, estupendo relato lleno de literatura. Un placer leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo.