“Tus
palabras encierran grandes verdades… ¡Libéralas!” Eso me digo a mi mismo en
sueños. Sin embargo, cuando despierto, me parece una vil mentira; así que todo me
lo callo y me lo guardo hasta que llega la noche, el momento en que mis sueños
vuelven a hablar por mí.
Es insano amordazar las palabras porque se vuelven amargas. Hay que dejarlas volar libres y no sólo en los sueños.
ResponderEliminarUn abrazo, Sara.
Sucede que las palabras no siempre son tan mansitas. No siempre dicen lo que teníamos planeado. Y, a veces, dicen de más, nos desnudan.
ResponderEliminarGran micro!
Un abrazo
Me pregunto hasta que punto puede ser sano reprimir así los pensamientos, sentimientos, ideas....y encerrarlos en un corral onírico. Tiene mucho contenido y hace pensar.
ResponderEliminarUn micro denso, de esos que esconden muchas más palabras de las que lo forman. Me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo
Nunca las palabras debieran sentirse en una prisión.
ResponderEliminarUn saludo.
Las palabras, en sueños, tienen un significado distinto, más oscuro. Hay que tener cuidado. Un beso.
ResponderEliminarMJ: A veces las palabras terminan atrapadas bajo montañas de inseguridad.
ResponderEliminarPatricia: Esas grandes verdades pueden darnos después grandes dolores de cabeza si no estamos preparados para mostrarnos tal como somos.
Montse: Yo tampoco creo que sea muy sano autorreprimirse.
Paloma: Sí, tan denso como esa maraña de palabras escondidas.
Anna: Desde luego que no. Lo mejor es expresarlas.
Mar: Tienes razón, en sueños las palabras son más inconscientes, oscuras y profundas. Y cuando despertamos a veces ni siquiera nos reconocemos en ellas.
Abrazos fuertes!
Sara ¿es tal vez la represión del silencio?
ResponderEliminar¿Es el silencio de la razón?
¿Es la imposición que la realidad ejerce sobre un deseo, o es la frustración de de un tímido sueño?
Me parece genial tu manera de dar a participar.
Saludos.
Es ahí, en los sueños, donde las palabras y las imágenes nos salen, nos fluyen, nos vuelan y nos revuelan sin cadenas ni demás tonterías.
ResponderEliminarUn placer leer tus palabras y contemplar tus ilustraciones, Sara.
Besos
Uff... Con tanta represión insana, sus sueños tienen que ser verdaderas pesadillas.
ResponderEliminarMejor soltarlo.
Quiero pensar que en los sueños podemos desahogar lo que despiertos a veces no hacemos por las convenciones sociales. Un micro para pensar, Sara.
ResponderEliminarBesitos
Los sueños nos descargan...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Bueno, bueno. Este micro es profundo, para releer.
ResponderEliminarMe gustó.
Gracias, Enmascarado. Se trata siempre de provocar algo en el lector. En este caso, reflexiones, pensamientos o preguntas.
ResponderEliminarHola Ximo: En los sueños nos descargamos libremente, cosa que a veces en la realidad no nos resulta posible.
Alberto: Mejor soltarlo, que si no cargamos tanto los sueños que se convierten en una bomba a punto de explotar.
Elysa: Traer al día a día las palabras e ideas que surgen en nuestros sueños puede ser fuente de creatividad si lo sabemos encauzar, o por el contrario, puede chocar con la realidad que nos rodea...
Rosa: En sueños descargamos las tensiones e inseguridades diarias, y cuando despertamos nos acechan todas las palabras de recriminación y superación que nos dijimos en sueños.
Gracias, Torcuato. Besos.
Abrazos fuertes!!
Cuando nuestro pensamiento decide por sí mismo, nuestro rumbo es completamente diferente. Y eso está perfectamente dibujado en esta versión de una historia que ya es leyenda.
ResponderEliminarSaludos, Sara.
¿La vida es sueño, el sueño es vida?
ResponderEliminarTe lo contaré cuando lo sepa. Por el momento mis sueños, que recuerdo pocos, son más la vida que yo quiero, supongo que nos pasa a todos, en los sueños solemos dominar las situaciones, em ellos somos realmente uno.
Besos Sara