Se internó
una vez más en la naturaleza salvaje. No había secretos para él en ese feroz
entorno que había aprendido a comprender. Era un políglota en los idiomas de la
selva. Al llegar a la cascada recitó su discurso. Habló el lenguaje del viento
y de las flores, emitiendo una rica variedad de sonidos y cadenciosas melodías.
Prestó su voz a los animales: silbó, trinó, chilló… Rugió como el tigre que se
le acercaba, pero éste ignoró sus
súplicas.
Este “tigre”
es mi pequeño Daniel.
Eso es mimetismo total. Me gusta el ritmo de este micro, en sintonía con los sonidos de la naturaleza. Y el final, no ignoro que deja un sabor inquietante. Para el tigre digo, jeje.
ResponderEliminarUn saludo indio
Ese tigre va a comer hoy. Que cosa más guapa y más dulce tu Daniel. Un beso Sara.
ResponderEliminarCorre daniel corre, corre ¿o había que quedarse muy, muy quieto?...glup...
ResponderEliminarSara, este está par con par con mi Candelilla.
Besos!
Se ve que es un tigre muy feliz
ResponderEliminarDisfrútalo, Sara.
La sonrida de este pequeño tigre es una joya..
ResponderEliminarMis saludos.
¡Como se parece a ti, Sara!
ResponderEliminarEsa sonrisa no tiene precio.
Disfrútalo a tope, que crecen demasiado deprisa.
Un abrazo.
Precioso tigre el tuyo!!!!!!
ResponderEliminarY que bien se va a alimentar hoy, ja ja.
Un gran bravo para la mamá tigresa
Tienes un tigre precioso, con el mismo modo de sonreír que su mamá.
ResponderEliminarMe ha gustado ese tremendo micro que acabo de leer, y después de ver la foto, hoy estoy contenta de que el tigre coma jaja.
Felicitaciones mamá escritora.
Gracias por vuestros amables comentarios al micro y a la foto de mi pequeño "tigre".
ResponderEliminar¡Abrazos fuertes!
Pasear por la selva con ese tigre suelto debe de ser una gozada.
ResponderEliminarBlogsaludos
Seguro que este tigre tiene más cosquillas que ganas de rugir.
ResponderEliminarUn saludo.
Este tigre tiene tu sonrisa, Sara. Seguro que ruge con fuerza.
ResponderEliminarMe gusta el micro y al ver a este tigre me gusta también ese final.
Besitos para los dos
Tu tigre es bien guapo. El micro también.
ResponderEliminarUn saludo
Sara, nos llevas por ese paseo dentro de la floresta, lleno de sensaciones y, luego, nos despiertas de un zarpazo terrible. Así es la naturaleza. Tiene sus reglas. Y se cumplen. Me ha encantado. Un abrazo
ResponderEliminarMenudo tigre. Pero, para qué suplicar, para que no te coma a besos???
ResponderEliminarUn abrazo y un zarpazo (pero cariñoso)
No parpadees Sara que si parpadeas en un momento un hombre de barbas se lo come y no te habrás dado cuenta, jeje...Crecen tan rápido que se hacen hombres enseguida...Disfruta.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Sara, para mí el relato en una metáfora de la vida: formación y trabajo, pero al final te muerde el tigre.
ResponderEliminarY respecto a Daniel me digo que habrá sacado algo del padre, pero le has dejado poco margen. También he averiguado cómo los pintores solucionan el problema del lienzo en blanco. Nos leemos.
Por mucho que queramos mimetizarnos con el entorno, no podemos escapar del zarpazo de la naturaleza salvaje.
ResponderEliminarY aunque penséis que usé la cara de mi niño como lienzo para ilustrar el texto, en realidad fueron sus maestras las que me lo mandaron así de la escuela :-) y yo solo me inspiré en la foto resultante para escribir el microrrelato.
Gracias por leerme siempre y acompañarme con vuestros comentarios.
Abrazos.
Me encantaría que me enseñara los idiomas de la selva que conoce, antes de que venga el tigre y me coma a mí, que tengo muchííííísima más carne que él.
ResponderEliminarTu felino tiene una cara simpática.
Besos
Es que a esas edades a los tigres ya les puedes hablar en escocés o en austrohúngaro, que te merendarán en un santiamén y seguirán completamente a su bola.
ResponderEliminarOye, que veo que aparte de dar a luz magníficos relatos e ilustraciones, también sabes hacer hijos la mar de guapetones y, lo más importante: se le ve muy feliz :)
Un abrazo