La estupenda ilustración de este texto
es obra de Juanlu:
¡Gracias!
Como todas
las mañanas, Ignacio se levantó malhumorado y bajó refunfuñando a desayunar.
Mientras se preparaba algo para la hora del almuerzo sonó el teléfono. Levantó
el auricular pero nadie contestó. Volvió a la cocina, terminó de envolver el
bocadillo y lo metió en el maletín. Cuando salía raudo hacia el trabajo, el
teléfono volvió a sonar con insistencia. Contestó despotricando. Esta vez
obtuvo por respuesta un sonido hueco y profundo que atravesó los cables
zigzagueando hasta llegar a su oído. Y algo en su cabeza se rompió. Fue una
especie de cortocircuito, o de revelación. Tras el asombro inicial esbozó una
sonrisa. Luego estalló en gritos de liberación. Una llamada de su conciencia le
había eximido de todas sus responsabilidades. Lanzó el maletín al suelo, se
cambió el traje por ropa de deporte y, sin mirar atrás, salió a correr.
Aunque mi conciencia me llama algunas veces, no le cojo el teléfono. Sabe que me molesta que me den la nota, y lo habitual, es que se venga a la cama conmigo.
ResponderEliminarAunque cuando más solemos conectar es justo haciendo deporte.
Buena colaboración entre ambos.
Saludos.
Muy buena colaboración la de ambos...
ResponderEliminarMi conciencia no me llama por teléfono, pero se encarga muy bien de decirme qué debo o no hacer.
Un beso enorme.
HD
Sara y Juanlu, geniales uno a uno o como un par.
ResponderEliminarMi conciencia, como hace tiempo que está de mi parte, se ha tomado unas eternas vacaciones.
Besos a dos
Me encantó el micro y más que pensaras en mi para ilustrarlo, lo sabes no?...
ResponderEliminarUn besazo!
Enmascarado: La voz interior tiene a veces que ingeniárselas para llamar nuestra atención...
ResponderEliminarUn abrazo.
Humberto: Es bueno saber que siempre está ahí, para decirnos un par de cosas...
Un beso.
Ana: Eso es lo mejor, estar en armonía...
Besos.
Gracias, Juanlu. Has dibujado al personaje justo como me lo imaginaba de tu pluma. Es una alegría para mí trabajar contigo.
Un abrazo.
He dejado ya mi comentario en "Dibujando sueños" pero vengo aquí para felicitarte por lo bien que quedan tus palabras escritas con el dibujo de Juanlu.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Besicos.
El problema mío es que si mi conciencia me llama, siempre estoy ocupado...
ResponderEliminarQué bien casaditos, ilustración y relato.
Dos abrazos.
Ilustración y texxto muy bien hermanados, Sara. Me encanta la historia que te ha inspirado este dibujo, muy positiva.
ResponderEliminarBesitos
¿La conciencia? ¿Se llamaba 'Conciencia' la directora de Recursos Humanos de la empresa donde trabajaba y le comunicó el despido? ¿A Ignacio le tocó el Supercupón de la ONCE o el Gordo de la Primitiva para verse tan liberado?. Es que me pongo en su lugar...
ResponderEliminarBesos
¡Buen támden, queridos!. Habéis encajado texto y prosa como si trabajarais juntos desde hace una década. ¿Dónde se pueden conseguir esos teléfonos que conectan con la conciencia?. Me gustaría uno para Navidad, y si es posible que no emita chirridos desde RRHH, como dice Luis, y que sus mensajes sean liberatorios como los que recibe Ignacio.
ResponderEliminarUn besote Sara, y otro para Juanlu.
Hola Cabopá. Gracias por tu amable comentario. Un beso.
ResponderEliminarMiguel Ángel: Es que siempre tenemos cosas más importantes que hacer...
Elysa: Es que Juanlu casa extraordinariamente sus ilustraciones con los textos...
Luis: ¿A qué nos es difícil imaginar una autoliberación así, sin más, por propia voluntad? Siempre hay algo que nos ata a seguir haciendo lo que hacemos aunque no nos guste. Toda decisión tiene sus consecuencias. Hay que ver si Ignacio es capaz de afrontarlas cuando pare de correr...
Laura: Para hablar con nuestra voz interior, si no funciona lo del teléfono, quizá venga bien un poco de introspección...
Abrazos fuertes!!
Escuchamos poco a esa voz interior que nos habla. Normalmente por estar enlazado a garfios. Me ha gustado la representación de Juanlu y el mensaje te tu relato.
ResponderEliminarSara, qué buen texto, qué buena ilustración, qué gratificante mensaje, tan necesario en estos tiempos de alienación, prisas, ajetreo. UN abrazo
ResponderEliminarHola Ximens: Muchas veces escuchamos a nuestra voz interior pero no le hacemos caso. Por lo general nos exige un cambio y para ello hay que hacer acopio de valentía...
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Francisco: A veces basta con parar un poco y escuchar esa llamada...
Un abrazo.