Antes de que la claridad
engullese la noche, volvió a casa y se encerró en su cuarto. Se disponía a
dormir cuando un rayo de sol atravesó las tupidas cortinas que cubrían la
ventana, cerrada con persianas y postigos. Intentó rehuir de la hostigante luz
acuclillado sobre la almohada –único reducto sombrío– pero casi al instante
tuvo que refugiarse, reptando, bajo la cama. Molesto por el brillo reflejado en
las baldosas, se escondió de un salto dentro del armario. Allí aguardó arropado
entre las sombras, hasta que los destellos se colaron por la cerradura.
Desahuciado, abrió la puerta dispuesto a morir chamuscado por esa chispa de sol
que, sin embargo, solo lo envolvió en un cálido abrazo. Comprendió entonces que
no era un vampiro, sino simplemente un hombre sumido en la más negra oscuridad.
A cuál pozo de desesperación habrá caído para sospechar tan mal de él mismo?
ResponderEliminarNo importa, siempre se puede confiar en el arribo de la luz
Besos, Sara
Ahora que sabe que no es un vampiro, no le tendrá tanta fobia al sol y se dejará acariciar por sus rayos.
ResponderEliminarVivía en un error, pero se vislumbra esperanza :-)
Un abrazo, Sara.
Preciosa historia a cerca de la angustia de quien huye de la luz, por creer ser de sí mismo, otra cosa que no es.
ResponderEliminarUn abrazo Sara.
Me encanta el dibujazo!!! (como siempre) lleno de pequeños detalles que encierran mundos.
ResponderEliminarTriste hombre sumido en una negra depresión. Muy bien escrito, me trae soledad.
Besos!
Alguna vez (hace mucho) creí ser un vampiro, también. Cómo no entender tan bello texto.
ResponderEliminarUn beso enorme.
HD
Describes muy bien los horrores de la depresión, y tu relato en realidad es un cálido abrazo que le abre las ventanas a la esperanza :)
ResponderEliminarBesos
Tengo que decirlo,este dibujo es el que más me ha impresionado de todos los que he visto por aquí...
ResponderEliminarPatricia: Es verdad, siempre hay un resquicio de luz...
ResponderEliminarMJ: Muchas veces tenemos ideas erróneas incluso de nosotros mismos. Es más, me aventuraría a decir que en realidad somos lo que queremos ser.
Laura: Has resumido muy bien lo que expresa el micro.
Juanlu: Gracias. Esta es mi particular versión de un "rayo de sol" :-)
Humberto: Todos pasamos alguna vez en la vida es época oscura. Pero, al final, siempre sale el sol.
Ximo: Abrir las ventanas, dejar que la luz lo abrace y que el viento se lleve su angustia... la mejor cura para su depresión.
Hola Byron: Gracias por la visita. Me alegro que te haya gustado este "rayo de sol".
Gracias a todos por vuestros amables comentarios.
Abrazos.
Sí que pensé que era un vampiro, hasta llegar a ese final.
ResponderEliminarBuena descripción del pozo negro que es la depresión.
Besitos
Pues menuda vida :(((
ResponderEliminarBesazos enormes
Va uno subiendo in crescendo los peldaños del relato, anhelante de saber qué misterio zozobra al personaje. Y cuando ya tiene construido el puzzle del vampiro, vien esa pirueta poética y romántica de la oscuridad, el alma llena de oscuridad, supongo. Me ha gustado mucho, Saara.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este rayo de esperanza Sara. Ahora mismo me gustaría tumbarme en una hamaca, cerrar los ojos, y sentir sus rayos atravesando mi cuerpo. Un beso.
ResponderEliminarElysa: Sí que es una metáfora un poco exagerada de la depresión.
ResponderEliminarDani: Esperemos que no sea así toda su vida, que solo sea un bache...
Hola Francisco. Ser un vampiro sin alma no tiene remedio, ser un hombre con un alma oscura sí...
Mar: Es verdad que con estos días fríos y un tanto grises apetece sentir un poco el sol en la piel.
Abrazos fuertes!!
Pues seguramente ahí comienza su recuparación de luz. Cuando uno reconoce lo que le ocurre, empieza a superarlo. Y nunca es tan grave como uno piensa.
ResponderEliminarMuy bueno el recorrido que hace huyendo de la luz insistente.
Otro abrazo.