He intentado dejarte mi comentario en el otro blog y no me ha dejado.
El ermitaño representa a ese hombre de búsqueda constante sin moverse, y llegas tú y le das una vuelta genial desplazándolo en busca de la muerte. Seguro que por el camino se encuentra muchas cosas interesantes, entre ellas tu blog.
En esa página creo que hay que registrarse para comentar. El ermitaño ha elegido como vivir y como morir; en este caso, a la muerte no la puede esperar sentado, necesita enfrentarse a ella allá donde se encuentre. En el camino se ha encontrado conmigo y se ha dejado retratar :-)
Hola Xesc. Al ser un texto con un toque poético, en su momento me gustó que ese final quedara así enfatizado. Ahora que lo releo con tu sugerencia, me parece que tienes razón, que quedaría con mucha fuerza ese "... no dejará que la muerte se le escape" como final. Muchas gracias por tu aportación y tus comentarios.
Me gusta mucho así tu micro, Sara, y más con la ilustración, a mí me transmite la misma idea que he tratado de transmitir con mi viñeta de hoy: mejor ir a buscar la realidad, hacer el esfuerzo, que no quedarse pasiv@. Y digo que me gusta así porque el final queda abierto, el ermitaño tal vez va a buscar su vida, tal vez su muerte, pero va a por ello con decisión y valentía.
Los microrrelatos suelen ser más precisos y duros en su final. Este ermitaño tiene más el formato de un pequeño cuento, de esos con moraleja, y tal vez por eso, como dices, le queda mejor enfatizar la idea final. Salir a buscar a veces es mejor que sentarse a esperar. Me han gustado tus sillas que no quieren esperar sentadas :-) Un abrazo.
El ermitaño dispuso de toda una vida de meditación solitaria para llegar a la conclusión que lo que realmente merece la pena, debe encontrarse en la muerte y no en la vida. Es un planteamiento que supongo nos hacemos casi tod@s en algun momento de nuestra existencia. Planteamientos que desde mi punto de vista no han de ser "pesimistas" pues se suele buscar una mejoría. Un beso Sara
Hasta Buda comprendió en su momento la necesidad del "camino del medio" y dejó atrás el ascetismo extremo. Quizás el ermitaño encontró finalmente el nirvana descansando bajo un árbol...
Enhorabuena por la publicación y por el micro. Es un texto fantástico, muy bello, lleno de poesía, incluso hata el crudo final. La ilustración magnífica, como siempre. Un beso.
¡ Hermoso, Sara ! Sí, pero menos que la ilustración. ¡ Brillante ! Desde luego, aunque no se puede comparar con...¡ Ingeniosa ! Una verdadera reflexión deberían hacer todas esas personas que viven una vida ingravida, esterilizada, cuadricularmente triste, que juzgan más importante lo que les entra por la boca que lo que debería salir de ella, y todo esto persuadidos de que la muerte les concederá en el último segundo un breve, improbable aplazamiento...
El alma, como el rostro, nunca dice tanto de lo que somos como de lo que no somos.
Quizás es tarde intentar vivir todo lo que no se ha vivido, cuando se está tan cerca de la muerte; pero nunca es tarde para aprender, para darse cuenta... y si hay otra vida después de esta, para no repetir los errores cometidos :-)
Sale por fin a buscar una experiencia de vida. Aunque sea la última.
ResponderEliminarEsa última experiencia que afronta con valentía.
EliminarUna alegría verte por aquí, Lucas.
Un abrazo.
He intentado dejarte mi comentario en el otro blog y no me ha dejado.
ResponderEliminarEl ermitaño representa a ese hombre de búsqueda constante sin moverse, y llegas tú y le das una vuelta genial desplazándolo en busca de la muerte. Seguro que por el camino se encuentra muchas cosas interesantes, entre ellas tu blog.
En esa página creo que hay que registrarse para comentar.
EliminarEl ermitaño ha elegido como vivir y como morir; en este caso, a la muerte no la puede esperar sentado, necesita enfrentarse a ella allá donde se encuentre.
En el camino se ha encontrado conmigo y se ha dejado retratar :-)
Besos.
Cuando se busca la muerte resulta que no se encuentra, y cosa mucho más habitual, ésta suele encontrar a su víctima mucho antes y desprevenida.
ResponderEliminarVida y muerte son lo mismo en una búsqueda desesperada sólo que hay que saber cuándo buscarlas y en qué orden, claro.
A mi modo de ver, y sirva el atrevimiento de la sugerencia, la última frase yo la suprimiría, justo después de la última coma.
Abrazos
Hola Xesc. Al ser un texto con un toque poético, en su momento me gustó que ese final quedara así enfatizado. Ahora que lo releo con tu sugerencia, me parece que tienes razón, que quedaría con mucha fuerza ese "... no dejará que la muerte se le escape" como final.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación y tus comentarios.
Un abrazo.
Me gusta mucho así tu micro, Sara, y más con la ilustración, a mí me transmite la misma idea que he tratado de transmitir con mi viñeta de hoy: mejor ir a buscar la realidad, hacer el esfuerzo, que no quedarse pasiv@. Y digo que me gusta así porque el final queda abierto, el ermitaño tal vez va a buscar su vida, tal vez su muerte, pero va a por ello con decisión y valentía.
ResponderEliminarUn abrazo
Los microrrelatos suelen ser más precisos y duros en su final. Este ermitaño tiene más el formato de un pequeño cuento, de esos con moraleja, y tal vez por eso, como dices, le queda mejor enfatizar la idea final. Salir a buscar a veces es mejor que sentarse a esperar.
EliminarMe han gustado tus sillas que no quieren esperar sentadas :-)
Un abrazo.
Me ha gustado mucho tu ermitaño, la ilustración y el relato, me encanta que sigas ilustrando tus cartas...
ResponderEliminarEspero que algún día tengas tiempo para presentárnoslas todas juntitas.
Besos Sara,
Poco a poco les voy poniendo historias a estos arcanos :-)
EliminarGracias, Yashira. Un beso.
Salir a buscar la muerte después de haber pasado la vida inmóvil...Muy bueno Sara. Enhorabuena
ResponderEliminarBesos desde el aire
Normalmente salimos a buscar la vida y esperamos la muerte en la cama... A este ermitaño le pasa justo lo contrario :-)
EliminarBesos.
Salir a buscar, a enfrentar quizás su último reto después de la inmovilidad. Muy bello, Sara.
ResponderEliminarBesitos
Gracias, Elysa. Enfrentarse a ese último reto quizás le haga sentirse renovadamente vivo.
EliminarUn beso.
El ermitaño dispuso de toda una vida de meditación solitaria para llegar a la conclusión que lo que realmente merece la pena, debe encontrarse en la muerte y no en la vida. Es un planteamiento que supongo nos hacemos casi tod@s en algun momento de nuestra existencia. Planteamientos que desde mi punto de vista no han de ser "pesimistas" pues se suele buscar una mejoría.
ResponderEliminarUn beso Sara
Hasta Buda comprendió en su momento la necesidad del "camino del medio" y dejó atrás el ascetismo extremo. Quizás el ermitaño encontró finalmente el nirvana descansando bajo un árbol...
EliminarUn abrazo.
Enhorabuena por la publicación y por el micro. Es un texto fantástico, muy bello, lleno de poesía, incluso hata el crudo final. La ilustración magnífica, como siempre. Un beso.
ResponderEliminarGracias Mar. Un abrazo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡ Hermoso, Sara ! Sí, pero menos que la ilustración. ¡ Brillante ! Desde luego, aunque no se puede comparar con...¡ Ingeniosa ! Una verdadera reflexión deberían hacer todas esas personas que viven una vida ingravida, esterilizada, cuadricularmente triste, que juzgan más importante lo que les entra por la boca que lo que debería salir de ella, y todo esto persuadidos de que la muerte les concederá en el último segundo un breve, improbable aplazamiento...
ResponderEliminarEl alma, como el rostro, nunca dice tanto de lo que somos como de lo que no somos.
Un beso.
Quizás es tarde intentar vivir todo lo que no se ha vivido, cuando se está tan cerca de la muerte; pero nunca es tarde para aprender, para darse cuenta... y si hay otra vida después de esta, para no repetir los errores cometidos :-)
EliminarUn fuerte abrazo.
Un hermoso relato. Todo tiene un principio y un fin, y está bien verlo con naturalidad. Muy tierno.
ResponderEliminarCon naturalidad, así hay que afrontar la muerte, y lo que es mejor, la vida :-)
EliminarBesos.
El ermitaño ha vivido contracorriente, así que parece lógico que para morir elija el camino opuesto al resto de la humanidad.
ResponderEliminarUn beso, Sara.
Así es MJ. Y lo interesante es que no importa el camino que tomemos, la muerte siempre está allí al final.
EliminarUn beso.