Este texto participó ayer en el Vendaval de Microrrelatos Carnavalescos,
organizado por la Escuela de Fantasía.
Carlos
llegó en febrero a Las Palmas en viaje de negocios. Lo primero que hizo cuando
entró a la habitación del hotel fue soltar su maleta, que pesaba más de lo que
recordaba. Estaba tan llena que, al abrirla, las ropas saltaron desperdigándose
sobre la cama. Faldas, sujetadores y vestidos anunciaban la fatal
confusión. Después de lanzar improperios y de dar vueltas
por la habitación, contrariado, sin saber qué hacer, salió a la terraza a tomar
el aire. Por la calle desfilaban músicos, bailarines, comparsas fastuosas y los
más coloridos disfraces. Miró nuevamente la maleta rebosante de prendas de
mujer, y se le ocurrió una brillante idea.
Y seguro se lopasó de escándalo.
ResponderEliminarFeliz carnaval Sara.
Besicos muchos.
Seguro que sí.
EliminarFeliz carnaval para ti también.
Un abrazo.
Quizás fue solo una confusión de valijas; o quizás, además del viaje de negocios, otros menesteres requerían de sus horas de ocio y de aquellas prendas. Quién sabe...
ResponderEliminarLo cierto es que la pasó genial, por lo que se infiere de tus letras.
Muy buen texto, como es habitual en vos.
¡Saludos!
Hola Juanito. Quién sabe qué mas haría con aquellas prendas... A veces viene bien un cambio de perspectiva.
EliminarGracias por la visita.
Un abrazo.
No hay mal que por bien no venga...O al menos eso dicen.
ResponderEliminarBesos de carnaval desde el aire
Parece que esa vendría a ser la moraleja del cuento.
EliminarUn beso disfrazado de abrazo :-)
Yo nunca entendí esa manía de los hombres de disfrazarse de mujer.
ResponderEliminarMás que nada porque suelen ser disfraces bastante grotescos. Menos comunes son las mujeres disfrazadas de hombres :-)
EliminarUn saludo.
Saber convertir los contratiempos en pasatiempos es una virtud...
ResponderEliminarBueno el relato es magnífico.
Saludos.
Virtud de la que bien vale contagiarse.
EliminarUn saludo.
¡Qué bueno, Sara! Eso se llama saber aprovechar las oportunidades y ponerle buena cara al mal tiempo.
ResponderEliminarEstupendo micro.
Un abrazo,
Quizás se perdería su reunión de negocios, pero desde luego no la fiesta.
EliminarUn abrazo, Pedro.
Supongo desahogaría sus penas. Como dicen mis compañeros, al mal tiempo buena cara.
ResponderEliminarMe has hecho sonréir.
Saludos
Un abrazo
Me alegra esa sonrisa, Francisco. Esa era la intención.
EliminarUn abrazo.
Me ha gustado ese giro! La actitud es fundamental, seguro que Carlos lo pasó en grande!
ResponderEliminarExcelente. Escila y Cari
ResponderEliminarHola Sara, veo que tampoco desaprovechaste la oportunidad de la escuela. Yo también lo hice y saldrá mañana publicado (si el tiempo lo permite). Una vez tuve una maleta igual a otras tantas que tenía todo el mundo y cuando salió por la cinta trasportadora ... no sabía cuál de todas era...y .... bueno, no te descubro lo que ocurrió, porque fue la historia al revés de la que tú cuentas pero ¡sin carnaval! para poder aprovechar la ocasión, jajá.
ResponderEliminarBuen giro para aprovechar el inconveniente y seguro que Carlos se lo paso genial.
Un besote.
Un hombre de recursos tu protagonista.
ResponderEliminarFeliz carnaval, Sara.
Y mañana lo vamos viendo. Hoy, hoy es carnaval y tu protagonista no lo verá pasar. Lo vivirá a pleno.
ResponderEliminar¡Saludos carnavalescos van, Sara!
Experiencia muy provechosa y oportuna en carnavales. Feliz carnaval también para ti. Un abrazo.
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