Mientras
el alcalde soñaba con la indemnización que debería pagar, el oficial de
mantenimiento con el parque que debió vigilar, el operario con el tornillo del
columpio que debió sujetar; los padres de la niña no dormían.
Iniciativa organizada por:
El sueño de los injustos..., suena indignante.
ResponderEliminarBueno, bueno...
En muchas ocasiones se olvidan (y más con los recortes actuales de presupuesto) de mantener los sitios públicos. En el mejor de los casos se contentan con poner una cinta blanca y roja alrededor de toboganes y columpios, que se continúan así cerrados por meses hasta que se reparan.
EliminarUn abrazo.
No soñemos... Entre todos tal vez habríamos podido... un buen texto para reflexionar.
ResponderEliminarLuego vienen las culpas y las disculpas...
EliminarUn saludo, Dominique.
Estos recortes nos llevaran incluso a perder los sueños, porque el sueño ya nos han hecho perder...No lo consintamos.
ResponderEliminarBesicos desde mi alambrada.
El sueño y los sueños, es demasiado, Cabopá, demasiado.
EliminarUn abrazo.
Unos por otros...
ResponderEliminarBesos indignados desde el aire
Así es, Rosa. Y así nos va.
EliminarBesos.
Sara, golpe a la conciencia del cual no debería despertarse más de uno.
ResponderEliminarAbrazos.
No todo se puede recortar. La seguridad, no.
EliminarUn abrazo, Nicolás.
Detrás de toda desgracia hay una cadena que en algún momento pudo haberse interrumpido; la conciencia de cada quien dicta su parte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Exacto, José Manuel. Quizás el destino sea inexorable, o quizás no. Puede que, como dices, en algún punto de la cadena la tragedia pudiera haberse evitado.
EliminarUn abrazo.
En la cadena siempre hay alguien que sufre. ¿Por qué simpre suelen estar en el último aldabón?
ResponderEliminarGran pregunta, Adivín. Pero poco a poco irán cayendo los grandes por su propio peso.
EliminarUn abrazo.
Impactante Sara.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fantástico relato, Sara. Hace tiempo que a nuestro columpio lo sujetan dos tiritas deshilachadas. Ya casi caemos. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarJo, Sara, me has puesto los pelos de punta con una sola frase... Cómo se indemniza una vida???
ResponderEliminarBesossss indignados (qué falta de responsabilidad)
Amparo
Luego dirán que se podría haber evitado.
ResponderEliminarOstras, me quedo petrificada con tu micro.
Besos.
Muy poquitas palabras para decir tanto!! Una apuesta impresionante Sara.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Incluso sin el título es buenísimo. Y no se puede hablar mejor sobre nuestras responsabilidades. Un abrazo.
ResponderEliminarY durmiento como unos benditos: banqueros y políticos, porque ellos lo están haciendo lo mejor que pueden.
ResponderEliminarTambién es cierto que nunca han podido mucho, esto lo añado yo junto a una pregunta: ¿entonces por qué les escuchamos u obedecemos? Han demostrado que no cumplen, ¿no es eso suficiente?
Me voy a callar porque me enciendo..
Te recomiendo ver " El reposo del guerrero " de Érika Collado - http://www.eyeseich.com/p/videos.html -, cortometraje en blanco y negro de 13:20 minutos, rodado en Jaén. Cámara digital de fotografía Leica, presupuesto 0,80 céntimos.
ResponderEliminarUn año de dedicación, bien cuidado, escrito y narrado. Para que recuperes la esperanza y la confianza en este mundo.
Un beso.