sábado, 21 de septiembre de 2013

Auxilio

Cuando al fin logré zafarme de su mano, corrí desesperada por aquella sucesión de pasillos y escaleras que no llevaba a ninguna parte. Tras forcejar todas las puertas que hallé en mi camino, la de la azotea fue la única que se abrió. Toda la ciudad se desplegó ante mí, también ella ensombrecida y llorosa. Parecía invitarme a dar el siguiente paso y yo no quise quedarme atrás; pero entonces su mano (siempre ahí, maldita sea) volvió a sujetarme con fuerza. 

20130901-232654.jpg

Este texto, inspirado en la foto que veis, de Murad Osmann
participa en los Viernes creativos, de Escribe fino,
el blog de Fernando Vicente.


11 comentarios:

  1. Me gustó mucho Sara.

    Besos desde el aire

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  2. Acabo de leearlo en "Viernes creativos" y meha gustado mucho Sara.
    Besicos muchos.

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    1. Gracias, Nani. Ahora me pasaré por allí para leeros a todos.
      Un abrazo.

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  3. Me sorprendiste :)

    Ella lo ve todo sombrío y a través de sus lágrimas, pero hay una mano que la quiere convencer de que es posible otra mirada...

    Muy bueno, Sara.

    Un abrazo

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    1. Esa mano que siempre está ahí para ayudarla, cuidarla, y no permitir que se haga daño, a pesar de que ella no lo vea así (como dices, lo ve todo negro)
      Gracias, Ximo. Un abrazo.

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  4. Siempre tenemos una mano que nos rescata, solo que a veces no sabemos ver.
    Un placer conocerte, con tu permiso me quedo!!!
    Cariños....

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    1. Hola Oriana. Bienvenida. Muchas gracias por tu comentario.
      Un saludo.

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  5. Me deja con la duda de si él era bueno o malo. Las dos visiones me cuadran. Me gustó.

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