Igual que el viento fortalece las ramas de
los árboles, así tus cachetazos y golpes me fueron endureciendo día a día.
Lejos de doblegarme, acrecentaron hasta tal punto mi rabia que de una suave
brisa me convertí en feroz viento huracanado. Y tú pasaste a ser la rama.
(Foto propia)
Este microrrelato ha sido seleccionado para formar parte del libro solidario:
Bocados Sabrosos III editado por Acen.
¡¡Muchas felicidades Sara !! Un argumento tan real como la vida misma, me gustó mucho. Allí estaremos juntas formando parte de este libro solidario.
ResponderEliminarLa fotografía es preciosa.
Abrazos de verde-mar:)
Gracias, Ángeles. Ya estoy esperando a tener el libro para leeros a todos.
EliminarUn abrazo.
¡Enhorabuena por la selección, Sara! No cabe duda de que este es un micro que deja un poso de tristeza que va más allá de lo que explícitamente cuenta, en el que el sentimiento -siempre turbio- de venganza se agazapa en la elisión.
ResponderEliminarUn abrazo,
Nuestras acciones son como un bumerán: buenas o malas, así nos vuelven. Y con mayor intensidad.
EliminarGracias, Pedro. Un abrazo.
Los posos de café con restos de un azúcar amargo en una taza de porcelana, sobre un platito blanco y una mirada insidiosa.
ResponderEliminarLa vida llevará la paz o la venganza a una escena que olvidar.
Un abrazo
La mejor venganza es ser mejor persona que el que nos agrede.
EliminarMe encanta tu comentario porque "veo" la escena, terrible y decadente y esa encrucijada: paz o venganza...
Gracias Albada. Un beso.
Sara, conmovedor, triste y realista este relato, me ha encantado. Un amor que se convierte en odio, y se posa en una venganza agridulce.
ResponderEliminarUn abrazo
Rosa.
Enhorabuena. Me parece especialmente complicado ese tono poético del texto para tratar algo tan duro y que tan bien has manejado.
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