miércoles, 9 de octubre de 2013

Diferencias

Aunque tímido y gangoso, Eduardo desde pequeño resultó ser un prodigio. En cambio Felipe, extrovertido y de buen ver, nunca destacó más que por el empeño que ponía en superarse. Ambos llevan rivalizando toda la vida: uno intenta demostrar que con el talento se nace; el otro que el talento se hace. Hasta ahora ha sido Felipe, gracias a su inagotable entusiasmo por aprender, quien se ha llevado la mayoría de los premios. Por eso Eduardo ha decidido presentarse a un concurso de gangosos, seguro de que al fin su hermano no le podrá ganar. 
No cuenta con que Felipe lleva meses practicando con una pinza en la nariz.



7 comentarios:

  1. Como ambas sabemos, los dos hermanos eran tan parecidos, que rivalizaban en parecer diferentes.
    Me ha hecho reír tu final de estratega.

    Un abrazo.

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    1. Exacto, Albada. Y cuanto más distintos somos, mejor funcionan las relaciones :-)
      Un abrazo.

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  2. Muy bueno, Sara. Triste es ver a los hermanos rivalizar entre sí, aunque tal cuestión ocurre con demasiada frecuencia en la vida diaria. Muy real...
    ¡Saludos!

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    1. Es una situación qué se da a menudo, aunque yo la he llevado un poco al extremo jaja.
      Un abrazo, Juan.

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  3. Me parece fantástico como abordas esa rivalidad cainita que se sostiene, en tanto el hombre ( como género) siga siendo hombre.

    Mis aplausos, Sara.

    Un abrazo.

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    1. Una rivalidad tan antigua como el inicio de los tiempos.
      Gracias, Pedro.
      Un abrazo.

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  4. Rivalidades entre hermanos por conseguir algún premio. El extrovertido lo tiene fácil, el gangoso más dificil. Me gusta mucho cómo lo has presentado a los dos, y cómo has introducido esa pinza que dibujaste para marcar la auténtica diferencia.

    Un beso Sara, me ha gustado.

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