viernes, 8 de noviembre de 2013

Dibujo mudo...

busca nota al pie.

Podéis dejarla como comentario.

(yo las iré publicando debajo del dibujo)





Equilibrios 

Con trocitos de pan duro hacía la sopa. La carne era más esquiva. Las ratas no eran fáciles de pillar desprevenidas.  Rosa Martínez 


Equilibrista

—Deben estar muy enamorados para caminar por el alambre de esta manera. El cuerpo de ella pesará poco, pero es palmario que ladea hacia la izquierda.

—No se preocupe usted, director. Mi representado es un genio. Este mismo número se lo he visto representar con veinte chicas distintas en el tendedero de su casa y a final de mes. Cuántas matarían por estar subidas a su lomo.  Nicolás Jarque



Sin importar que pase, yo te sostengo...   Verónica



El soñador 

Sus ideas cada vez eran más grandes y su contacto con la realidad más inestable. Puck


El funambulista con su mujer a hombros, yendo al otro lado de la duda.  Albada



Hacía equilibrios con mi voluntad. Apostado en mis hombros desafiaba mi estabilidad. No logró hacerme caer, me acostumbré a su peso que ahora es, apenas, una liviana hoja sobre mi espalda. Yolanda 



Y de pronto notó que, de aquella otra cabeza que le había crecido hacía dos días, estaba surgiendo otra. Todo empezó como con la primera, con unos pocos hilos de color verde, retorcidos, de los que seguro nacería más tarde el resto del tejido, las venas y la carne. No sabía muy bien cómo podría sostener aquello, pero allí andaba, haciendo equilibrios para no caerse muerto... El maquinista ciego



EPITAFIO DE UN FUNÁMBULO

Murió como vivió: en la cuerda floja.  Mariángeles Abelli Bonardi


-Te dije que te sostendría en cualquier circunstancia en que me necesitaras, pero ¡Sacate esos perifollos del sombrero que me estoy ladeando!   Anónimo


10 comentarios:

  1. Equilibrios

    Con trocitos de pan duro hacía la sopa. La carne era más esquiva. Las ratas no eran fáciles de pillar desprevenidas.

    Me encanta tu ilustración Sara.

    Besos desde el aire

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  2. Equilibrista

    —Deben estar muy enamorados para caminar por el alambre de esta manera. El cuerpo de ella pesará poco, pero es palmario que ladea hacia la izquierda.

    —No se preocupe usted, director. Mi representado es un genio. Este mismo número se lo he visto representar con veinte chicas distintas en el tendedero de su casa y a final de mes. Cuántas matarían por estar subidas a su lomo.

    Aunque no me salió nada del otro jueves, ni del domingo, ni lunes...he querido dejar mi huella con este bonito dibujo. ¡Gracias por permitir que le pongamos letras!

    Besos.

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  3. Sin importar que pase, yo te sostengo...

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  4. El soñador
    Sus ideas cada vez eran más grandes y su contacto con la realidad más inestable.

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  5. El funambulista con su mujer a hombros, yendo al otro lado de la duda.

    Un abrazo, Sara

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  6. Hacía equilibrios con mi voluntad. Apostado en mis hombros desafiaba mi estabilidad. No logró hacerme caer, me acostumbré a su peso que ahora es, apenas, una liviana hoja sobre mi espalda.

    Un beso fuerte.

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  7. Y de pronto notó que, de aquella otra cabeza que le había crecido hacía dos días, estaba surgiendo otra. Todo empezó como con la primera, con unos pocos hilos de color verde, retorcidos, de los que seguro nacería más tarde el resto del tejido, las venas y la carne. No sabía muy bien cómo podría sostener aquello, pero allí andaba, haciendo equilibrios para no caerse muerto...

    Un abrazo.

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  8. ¡Muchas gracias por dejar vuestras palabras para el dibujo!

    A veces es mucha la fuerza y el control que se requiere para mantenerse en equilibrio, cuando el peso de las dificultades nos descompensa. Pero siempre se consigue, con perseverancia.

    Abrazos.

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  9. EPITAFIO DE UN FUNÁMBULO

    Murió como vivió: en la cuerda floja.


    Espero haber llegado a tiempo para que incluyas mi texto, Sara. Tu funambulista garabateado me encantó.

    Cariños, Mariángeles

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  10. -Te dije que te sostendría en cualquier circunstancia en que me necesitaras, pero ¡Sacate esos perifollos del sombrero que me estoy ladeando!!

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