Me levanto triste. Entro al baño y el espejo me rehuye la mirada. O tal vez soy yo la que teme ver reflejado en mi rostro el dolor de despertar un día bajo los escombros de mi hogar; el dolor de salir sola por el único agujero de luz y no hallar más que ruinas; el dolor de sobrevivir a mi padre, que me salvó la vida.
Me animo y observo de reojo mi reflejo. Veo una chispa de luz detrás de tanta bruma. Como aquel día, y como siempre, encuentro ese resquicio vacío por donde abandonar la oscuridad.
Este texto fue publicado en la web Cuentos y más, con motivo del Día del Padre.
Este texto fue publicado en la web Cuentos y más, con motivo del Día del Padre.
El resquicio... Menos mal que siempre está ahí si sabemos buscarlo para seguir adelante...
ResponderEliminarY en cuanto a la foto, ¿pampa o Mesopotamia?
Hola Eglon82. Tienes razón, el resquicio siempre está y no siempre lo vemos.
ResponderEliminarLa foto es en la provincia de San Juan, en Argentina (en la frontera con Chile)
Un saludo.